La identidad:
Dos grandes enfoques deben considerarse en el análisis de la identidad de grupos humanos.
Dos grandes enfoques deben considerarse en el análisis de la identidad de grupos humanos.
Uno referente a la antropología cultural que
lo aborda como un proceso subjetivo.
Otro, referente a la filosofía
latinoamericana que la concibe como un hecho objetivo.
A estos dos enfoques sustentados por el escritor y sociólogo Manuel Espinoza Apolo, en su tan comentada obra "Los mestizos ecuatorianos", deben agregarse los antecedentes históricos de la región y la confrontación analítica de la realidad actual para responder al objetivo propuesto y demostrar que “el manabita”, “lo manabita” y “el manabitismo” constituyen una identidad regional, cultural, étnica y política.
La identidad como proceso subjetivo:
Como proceso subjetivo, la identidad del manabita es una realidad que se transporta del "yo personal" al "yo colectivo". Este desplazamiento se ha ido elaborando a lo largo del tiempo y es hoy una identidad social muy fuerte y arraigada que lo distingue de cualquier otro habitante de las restantes provincias del Ecuador.
Recogemos las palabras del historiador, Dr. Wilfrido Loor Moreira: "La provincia entra tan hondamente en Manabí que el nativo de ella cuando sale de su tierra indica su procedencia con el simple calificativo de manabita, sin indicar si es de Portoviejo, Manta, Chone, etc., como suele ocurrir en la sierra u otros lugares de la costa, y por esto en ciertos pueblos del Guayas o de Los Ríos dan al manabita el mote de provinciano, como si en Ecuador sólo Manabí fuese provincia".
El peyorativo de "manabita", "provinciano", "montubio" o “cholo” con el que se pretendía denigrar al habitante de esta región fue, paulatinamente transformándose, de debilidad en fortaleza, y es hoy una identidad plena al llamarse "manabita". Es decir, de un estado de ánimo, de un sentimiento del "yo", se fue transformando en un símbolo de identidad personal, en una conciencia sociocultural, en una experiencia comunicativa, encontrándose donde se encontrara. Es un autoreconocimiento del "ser" y del "deber ser" habitante de Manabí.
El "Yo personal" es hoy un "Yo grupal". Es una identidad colectiva de cuantos viven en la provincia de Manabí, región geopolítica plenamente diferenciada del resto de las provincias de Ecuador.
Esta identidad regional podemos definirla como conciencia compartida de los habitantes de Manabí, una conciencia de pertenencia a una comunidad regional específica, resultado de un largo proceso que se inicia en la prehistoria latinoamericana, se condiciona durante la conquista, se refuerza durante la colonia, se vigoriza durante las luchas de la independencia, se traslade durante la República del siglo XIX como revolución alfarista, para convertirse hoy, parafraseando a Marx en una "ideología manabita" desarrollada sobre la territorialidad y la etnicidad.
A estos dos enfoques sustentados por el escritor y sociólogo Manuel Espinoza Apolo, en su tan comentada obra "Los mestizos ecuatorianos", deben agregarse los antecedentes históricos de la región y la confrontación analítica de la realidad actual para responder al objetivo propuesto y demostrar que “el manabita”, “lo manabita” y “el manabitismo” constituyen una identidad regional, cultural, étnica y política.
La identidad como proceso subjetivo:
Como proceso subjetivo, la identidad del manabita es una realidad que se transporta del "yo personal" al "yo colectivo". Este desplazamiento se ha ido elaborando a lo largo del tiempo y es hoy una identidad social muy fuerte y arraigada que lo distingue de cualquier otro habitante de las restantes provincias del Ecuador.
Recogemos las palabras del historiador, Dr. Wilfrido Loor Moreira: "La provincia entra tan hondamente en Manabí que el nativo de ella cuando sale de su tierra indica su procedencia con el simple calificativo de manabita, sin indicar si es de Portoviejo, Manta, Chone, etc., como suele ocurrir en la sierra u otros lugares de la costa, y por esto en ciertos pueblos del Guayas o de Los Ríos dan al manabita el mote de provinciano, como si en Ecuador sólo Manabí fuese provincia".
El peyorativo de "manabita", "provinciano", "montubio" o “cholo” con el que se pretendía denigrar al habitante de esta región fue, paulatinamente transformándose, de debilidad en fortaleza, y es hoy una identidad plena al llamarse "manabita". Es decir, de un estado de ánimo, de un sentimiento del "yo", se fue transformando en un símbolo de identidad personal, en una conciencia sociocultural, en una experiencia comunicativa, encontrándose donde se encontrara. Es un autoreconocimiento del "ser" y del "deber ser" habitante de Manabí.
El "Yo personal" es hoy un "Yo grupal". Es una identidad colectiva de cuantos viven en la provincia de Manabí, región geopolítica plenamente diferenciada del resto de las provincias de Ecuador.
Esta identidad regional podemos definirla como conciencia compartida de los habitantes de Manabí, una conciencia de pertenencia a una comunidad regional específica, resultado de un largo proceso que se inicia en la prehistoria latinoamericana, se condiciona durante la conquista, se refuerza durante la colonia, se vigoriza durante las luchas de la independencia, se traslade durante la República del siglo XIX como revolución alfarista, para convertirse hoy, parafraseando a Marx en una "ideología manabita" desarrollada sobre la territorialidad y la etnicidad.
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