lunes, 15 de julio de 2013

CUENTO VIGÉSIMO: El vestido nuevo de Pepita.



        -¡Ay, mamá, que modista tan pesada! Mañana es la fiesta, y no tendré mi vestido nuevo.

-La modista no tiene la culpa, hija mía.

-¿Quién la tiene entonces?

-Hace dos días vi en la calle dos pobres niñas que estaban casi desnudas y temblando de frío.- Responde la mamá.

-¡Pobrecitas niñas!-dijo la niña.

-Yo he pensado. Pepita tiene otros vestidos, y estas niñas están desnudas. Con lo que tendría que gastar en hacer un vestido a Pepita, tengo para hacer dos a estas pobres criaturas. ¿Qué hubieras hecho tú Pepita?

-Yo…abría vestido a las dos pobrecitas.

Eso es lo que yo pensé; y mañana, si quieres, tú misma les harás ese regalo.

-Sí, mamá; y lo haré con tanto gusto, que de ese modo quedaré más contenta que estrenando yo un vestido.

Una obra de caridad vale más que un traje de seda.  


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