jueves, 4 de julio de 2013

Ecuador-Manabi-El legado familiar del manabita.

En el análisis de la identidad cultural debemos también considerar sus cuatro características que se resumen en:

• La cultura es acción, es una realidad vivida por personas que se interrelacionan mutuamente en un entorno geográfico determinado afectando e influyendo, con su manera de ser, a toda actividad cognitiva o afectiva de la colectividad que allí habita. Este es el caso de la cultura manabita.
• La cultura es la identidad formalizada en un código consuetudinario que se refleja en las costumbres, en las ceremonias, en el conocimiento tecnológico, en el arte, en las creencias que se han ido regulando a lo largo de la historia regional. El modo de cultivar la tierra, la artesanía vernácula, el arte culinario tan característico, las aficiones musicales, el valor de la palabra, la arquitectura de sus viviendas, las festividades patronales, cívicas y religiosas con un alto componente de sincretismo, la venganza transformada en un valor humano, la religiosidad y las creencias populares sustentadas en mitos, leyendas y supercherías. Este el caso de la cultura manabita.

• La cultura es este compartir del modo de pensar, sentir y de obrar entre una pluralidad de personas que se han asentado en 22 cantones, con sus individualidades, pero que comparten esta ideología manabita. Cada gentilicio cantonal sustenta el orgullo de su tierra y la altivez de su derecho. No hay capital provincial que imponga un poder, sino circunscripciones cantonales que insurgen libres y con sus propias visiones de desarrollo y unidad. En este fuerza telúrica de la identidad local se ha fraguado, como un proceso vigoroso, la identificación con el “yo regional”, con la provincia, con Manabí.

• Pero, la característica más dominante de la cultura manabita es esta, la cuarta, concerniente a su modo de adquisición o transmisión. La adquisición de la cultura, dice Guy Rocher “es el resultado de los diversos modos y mecanismos del aprendizaje”. Mientras los rasgos físicos pueden ser compartidos como resultado de la herencia biológica, “los rasgos culturales son un legado que cada persona debe recoger y asimilar”. Otros autores también coinciden en afirmar que la cultura es “todo aquello que un individuo debe aprender para vivir en el seno de una sociedad particular”. Aprendidos y compartidos, los valores culturales de los habitantes de la región han coincidido en la formación de la identidad muy propia, personal, regional o provincial. La cultura manabita es un legado social a través del tiempo.


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