Dijo el yeso a la pizarra:<<¡Te
desprecio porque eres negra y fea, mientras yo soy blanco y hermoso!>>
Respondió
la pizarra <<Si yo no fuera negra, tú no podrías escribir sobre
mí>>. Por eso, si fueses justo, en vez de despreciarme, debías tenerme
cariño>>.
Cada
cosa se ha hecho para su fía; por eso no hay nada feo ni despreciable en la
naturaleza.
Quien
blasonando de sabio a otros mira con desprecio, a sí mismo se hace agravio y se
acredita de necio.
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