Una zorra y un gato viajaban juntos;
mientras andaban se entretenían en hablar de moral.
Decía
la zorra: <<Santa cosa es la justicia, que pide se respeten los derechos
de todos>>.
Y
el gato suspirando respondía: <<Virtud divina es la piedad, y bendito el
que la pone en práctica>>.
De
pronto vieron un lobo que saltó una tapia y se lanzo con la boca abierta sobre
un corderillo. Este infeliz hacía en vano desesperados esfuerzos para huir, y
suplicaba a su verdugo que se compadeciese de él.
Habría
conmovido a las piedras; pero el lobo le decía riendo: <<Piedad; ¡eh!
¡Yo tengo hambre, y tú me proporcionas un gran almuerzo!>>
El
gato, que oyó estas palabras, exclamó lleno de indignación: <<¡Ah,
miserable!>> ¡Se alimenta con la carne y la sangre de su inocente
hermano! ¿No tienes de sobra frutas, raíces y hiervas para saciar el hambre?
<<¡Es
una infamia-dijo la zorra;-es una cosa horrible derramar la sangre de un animal
débil!>>
Así
discurriendo, llegaron a un molino donde había un gallinero. La zorra se lanzó
de un salto en él, e hizo espantoso estrago en las gallinas, mientras el gato
se arrojaba sobre un ratón que atravesaba en aquel momento el corral.
Una
araña que lo había visto todo, dijo escandalizada: <<¡Qué horror! ¿Cómo puede
existir en el mundo gente tan cruel?>>
Más,
¡ah!, en aquel momento se precipito sobre una mosca que acababa de enredarse en
la tela.
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