miércoles, 24 de julio de 2013

Parte de la vida III-El grupo-El tío Cuco.



Ernesto había ido de veraneo a la <<Casita blanca>>, pintoresca quinta edificada entre el monte y el mar, en un rincón hermoso de la naturaleza, apacible y dulce. Ernesto fue allí por consejo del médico, a fin de reponerse de una grave dolencia que había puesto su vida en inminente peligro.

La solicitud de su madre y el aire puro saturado de gratos olores que llevaba la brisa hasta los albares, confundiéndolos con los sanos oreos de los pinos, fortaleciéronle prontamente, vigorizáronle.

Jamás se sintió tan bien, tan alegre y campechano. Henchíanse sus pulmones, confortábase su espíritu.

Habíais de verle trepando por las laderas recargadas de verdes palmitos o solazándose en la arena de la playa, que recortaban caprichosamente las mansísimas olas. Estaba encantado de aquel espectáculo, siempre nuevo, siempre sorprendente, siempre maravilloso. ¡Y qué dulce le parecía vivir!

-Mamá-decía una tarde, recostada la cabeza en su regazo, sesteando los dos a la sombra de los corpulentos árboles que mantenían la <<Casita blanca>> en perenne frescura.-Mamá, quiero crecer, hacerme hombre, tener fuerzas para el trabajo y comprarte esta finca donde pasaremos muchas temporadas del año.

-Sí, hijo mío-contestó la madre sonriendo.-Pero para ello es necesario que no malgastes tu salud, pues ya sabes lo que cuesta recobrarla.

En esto, oyeron grande alboroto de gritos y  de risas detrás del recodo que formaba el camino. No podían ver la gente ni adivinar la causa, más pronto salieron de dudas.

A su vista apareció un hombre ajado, vestido con tan variadas y astrosas prendas, que le daban aspecto de arlequín; tenía la cara roja y repúgnate, los ojos extraviados, la expresión de idiota.

Seguíale una bandada de chiquillos de la aldea vecina, gritando, gesticulando, produciendo estruendo infernal.

-‘Al higuí!-gritaban.- ¡Al higuí, tío Cuco!’Baila, baila!

El tío Cuco, porque estuviera cansado de aquella persecución o por ver a los habitantes de la <<Casita blanca>>, se detuvo, y, haciendo una ridícula pirueta, amenazó, con el palo en una mano y con el puño de la otra, al coro infantil.

Asustados los chiquillos retrocedieron un paso; pero enseguida empezaron a disparar puñados de tierra y hasta algunas piedras contra el pobre hombre.

Por fortuna-dijo a Ernesto su mamá-ha sido uno de los más ricos de esta comarca. Pudo ser poderoso y hacer mucho bien a sus compatriotas; pero se dio a la bebida y a otros vicios, y perdió, no sólo su fortuna sino sus fuerzas. Es joven y parece viejo, y no puede ni aun defenderse de los pequeñitos que le persiguen. Si hubiera conservado su salud, como debía, veríase ahora rico, querido y respetado.

La salud es un tesoro que debemos conservar, para que sea productivo en bien nuestro y de nuestros semejantes.

El hombre débil es hombre pobre, aunque posea riquezas cuantiosas.

¿Quiénes veraneaban en la Casita blanca? ¿Por qué?

Describid aquella hermosa quinta.

¿Era Ernesto un buen hijo? ¿En qué lo demuestra?

¿Qué le observo su madre?

¿Qué oyeron y contemplaron la madre y el niño?

¿Obraron bien aquellos muchachos? ¿Por qué no?

¿Qué deberes tenemos para con los desafortunados/desgraciado?

¿Qué se sabe del tío Cuco?

¿Qué nos enseña la historia de este desafortunado/desgraciado?

¿Apacible?

¿Lo contrario de apacible?

¿Solicitud?

¿La brisa?                          

¿Albares?

¿Vigorizar?

¿Lo contrario de vigorizar?

¿Sestear?

¿Perenne?

¿Ajado?

¿Arlequín?

¿Idiota?

¿¡Al higuí!?

¿Pirueta?

¿Aparcero?

¿Grotesco…grotescamente?

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