lunes, 8 de julio de 2013

Amparito antes de salir a paseo.


 

Antes de salir a paseo Amparito se mira al espejo con mucho cuidado. Se mira el peinado. Los zapatitos, el vestido, para ver si están limpios: así, cuando sale a la calle va siempre limpia y bien arreglada.

        Si el papá o la mamá la hacen esperar algún tiempo, no da señal de impaciencia. Por la escalera dala mano al papá o a la mamá. Nunca va detrás de ellos, ni arrastra los pies por el suelo al andar, ni anda a saltos, ni corre más de lo que es debido. Va derecha, guardando la debida compostura y atención. Tiene cuidado de mirar dónde pisa, para no tropezar con alguna piedra, o meterse en un charco, o poner el pie en alguna cosa que pueda mancharla, y evita cuidadosamente tropezar con las personas que van por la calle.

        Habla, pero no es charlatana cuando quiere saber algo, pregunta; pero nunca señala con el dedo a las personas ni a las cosas. Ríe, pero sin prorrumpir en carcajadas ruidosas y exageradas. En fin: Amparito, sin renunciar a la alegría propia de la niñez, es siempre formal.

        Amparito se acredita en todas partes de niña bien educada. Así, quien la ve tan formalita la elogia y elogia a sus papás, que tan bien la han enseñado.

        En paseo y en visita muestra prudencia exquisita. Sé modesta sin ficción y amable sin presunción y viste con elegancia, pero sin vana arrogancia. Quienes aprecien tu feminidad, belleza y cultura, no podrá eludir el don encantador y seductor de estas normas. Aunque siempre estarán los ignorantes, que se sentirán acomplejados, observados y criticados por tu mirada y observancia del entorno,  porque carecen de este aprendizaje que se transforma en conocimiento y el conocimiento de las emociones humanas y de la cosas es lo que da la seguridad en la persona que porta tal conocimiento.


 

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