viernes, 30 de agosto de 2013

Parte de la vida V-Los animales-Fábula-A una niña.



        -¡Papá, papá!-decía la tierna Rosa, del jardín volviendo. –La jaula que guardaste el otro día no seguirá vacía porque he logrado el nido que estás viendo. ¡Mira qué pajaritos tan pintados! En esa jaula les pondré su nido; prodigaré solícitos cuidados a los que aprisionar he conseguido, y les daré en constantes ocasiones, migas de pan, alpiste y cañamones.

Luego la jaula pintaré por fuera y mandaré que doren su alambrera…Pero ¿En qué estás pensando? ¿No me escuchas papá? ¡Te estoy hablando!-Sí querida hija mía; pensaba al escuchar esa querella, que en la cárcel me han dicho que hay vacía una celda muy bella… y que te pienso trasladar a ella.

        Como allí el reglamento es algo fuerte, ni tu mamá ni yo podremos verte; pero te mandaremos cien brocados que aumenten tu hermosura, y haré dorar cerrojos y candados, y de bronce pondré la cerradura.

Pero… ¡Cómo! ¿Llorando estás por eso?

-Ya no lloro, papá; te he comprendido…Corro a llevar al árbol este nido, y…vuelvo por un beso.


Escritor: Carlos Ossorio Y Gallardo.

Preceptos morales:

¿Quién es el autor de esta poesía? ¿A quién va dirigida la poesía ésta?

¿Qué decía Rosa a su papá? ¿Cuándo se lo decía?

¿Qué llevaba la niña? ¿Qué se proponía hacer con los pájaros? ¿Cómo se proponía adornar la jaula?

¿De qué se sorprendió la niña? ¿Qué dijo a su papá entonces? ¿Qué le contesto el padre?

¿Qué dijo el buen señor que sucedería cuando la niña estaría en la cárcel?

¿Qué efectos produjeron en Rosa las palabras de su papá? ¿Qué hizo Rosa? ¿Debía agradar esto al papá?

 ¿Qué opináis de Rosa? ¿Y de su papá?

¿Qué os enseña esta fábula?

Lenguaje:

¿Lograr algo?

¿Prodigar cuidados?

¿Solicitud…solícito?

¿Querella?

¿Una celda?

¿Brocados?

¿Cerrojos?

¿Candado?

Parte de la vida IV-La humanidad-La Sociedad-La paciencia.



Desde sus primeros años, fue Pablo muy admirado de cuantos le conocían, por la singular resignación con que sufría todas las contrariedades y por el ahínco con que afrontaba, hasta vencerlos, todos los obstáculos.

Su inteligencia no era muy despejada, que digamos, y, por esta causa necesitaba presta, en la escuela, mayor atención que casi todos sus compañeros a las explicaciones de los maestros. Estos, que conocían la firmeza de su voluntad y la bondad de su carácter, le querían entrañablemente y le animaban para que no desmayase en su noble empeño.

Cierto día en la clase de Aritmética, no supo  descubrir la relación que existía entre un producto y los factores que lo formaban. Esforzóse el Profesor en guiarle llevándole, con hábiles preguntas, al conocimiento de la deseada relación, y… ¡No hubo medio!

Pablo, que era pundonoroso como el que más, sufría en silencio, la ceguera de su inteligencia, y el maestro, que no ignoraba la lucha interior de aquel espíritu, sufría, sufría también.

-¡Cuánta torpeza! Masculló un atrevido grandullón.

Pablo no pudo más. Tapándose la cara con ambas manos y deshecho en lágrimas, se arrojó a los brazos del profesor.

Éste le estrechó amorosamente, imprimió un beso dulcísimo en la frente sudorosa del pobre niño, y después de dirigir una mirada de desdén profundo al grosero y mal amigo, hablo así:

-Perdona-mi querido Pablo-al impertinente mal criado que tanto tiene que aprender de tu aplicación y de tus virtudes. No olvides cuántas veces nos encargó Jesús que perdonáramos, y no olvides tampoco el encargo que voy a hacerte y la profecía que pronunciarán mis labios, en este instante supremo:

¡No desmayes jamás! ¡Ten paciencia! ¡Tú serás hombre de provecho!

A la edad de 15 años, Pablo dejaba la escuela poseyendo una instrucción sólida, muy superior a la que habían adquirido casi todos sus compañeros, y ocupando un lugar de predilección en el alma de sus maestros.

Colocóse de aprendiz en una muy acreditada carpintería.

Las mismas dificultades que le ofreció la adquisición de conocimientos, se le presentaron en el aprendizaje de su oficio, hasta el extremo de que algunos trabajadores le motejaban con palabras mortificantes, augurando que jamás llegaría a poseer el oficio ni siquiera regularmente. Pero Pablo recordaba las palabras de su maestro inolvidable: ¡No desmayes jamás! ¡Ten paciencia! ¡Tú serás hombre de provecho!

Y eran de ver los esfuerzos que hacía para aprender, aquella alma abnegada por el trabajo. Y aprendió bien el oficio. ¡Vaya si lo aprendió! Al cabo de cuatro años, no había mejor oficial en el taller. Su honradez acrisolada: la atención con que hacía las cosas; su laboriosidad; su prudencia; su fe, en fin, en el porvenir, allanaron, nuevamente, todos los obstáculos y le conquistaron el alma entera de su patrono.

Algún tiempo después, el principal llamóle a su despacho y le habló de esta manera:

¿No has pensado en establecerte por tu cuenta, Pablo?

-Sí, señor, si algún día me es permitido, pero...yo vivo de mi jornal. ¡Yo soy pobre!-le contestó el buen obrero.

-¡Pobre! ¡Tú, pobre! No, hijo mío; tú eres rico. ¿Qué mayor riqueza que tu honradez acrisolada, tu laboriosidad y tu constancia en vencer las dificultades?

Poseo lo necesario para vivir con desahogo, y necesito quien me substituya. Eres el dueño de mi taller y pongo a tu disposición cuanto, además, necesites para tus empresas. Ya pagarás cuando puedas.

Tan viva fue la emoción de Pablo, que ni siquiera pudo abrir los labios para pronunciar una sola palabra. Su diestra estrechó, con efusión, la del buen anciano, mientras que, con la izquierda, recogía una lágrima de gratitud que no pudieron contener sus ojos.

El vaticinio de aquel bondadoso maestro se había cumplido: Pablo tenía asegurado el más brillante porvenir.

Sé paciente, pues la paciencia es señal de sabiduría.

La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces.

Preceptos morales:

¿Qué se nota en Pablo desde sus primeros años? ¿Poseía felices disposiciones para el estudio? ¿Cómo vencía su falta de disposición?

Explíquese qué ocurrió, cierto día, en la clase de Aritmética. ¿Cómo se condujo el maestro? ¿Qué dijo a Pablo para animarle?

¿Cómo y cuándo dejó este niño la escuela?

¿Qué oficio aprendió? ¿Qué le paso al empezar el aprendizaje? ¿Qué conducta siguió?

¿Cómo llego a ser dueño del taller? ¿Lo merecía? ¿Por qué?

Lenguaje:

¿Ahínco? ¿Lo contrario de ahínco?

¿Preguntas hábiles? ¿Lo contrario de hábil?

¿Pundonor…pundonoroso?

¿Mascullar?

¿Desdén?

¿Impertinente?

¿Predilección?

¿Predilecto?

¿Augurar…augur?

¿Abnegación…abnegado?

¿Honradez acrisolada?

¿Vivir con desahogo?

¿Vaticinar…vaticinio?

                                                      

Parte de la vida IV-La humanidad-La Sociedad-Dos amigos. II.- Reconciliación.



Ya os he dicho, amigos míos, que el hombre no debe ser soberbio, juzgándose superior a su semejante, y que tampoco debe abusar de sus fuerzas con el débil; sino, antes bien, mostrarse magnánimo y generoso, como hizo el nobilísimo Luís.

Y si no, ya veréis cómo la vida, con sus continuas mudanzas, vino a confirmar por los hechos, que son grandes maestros, la saludable lección.

Ya eran hombres los que, en el dulce loquear de la infancia, jugaron la leyenda del Mal y del Bien; y los años y las vicisitudes modificaron la naturaleza de ambos y los sentimientos del menos noble.

Fue Antonio al servicio de las armas, y la útil ruda gimnasia del cuartel facilitó su desarrollo; desapareció el encanijamiento, fortaleciéronse sus músculos.

De regreso al pueblo, cumplido su deber, iba pensando en todo lo que había dejado al partir; la vista de la tierra querida, el puntito lejano que dibujaba el viejo campanario en el horizonte, despertaban su espíritu con arrullos amorosos.

Porque vosotros no sabéis, si no os habéis alejado del regazo de vuestra madre ni habéis perdido el calorcillo de la casa, qué emociones embargan el ánimo, cuando se vuelve a los lindes en que se deslizó nuestra edad feliz: todo, hasta la hierba que pisamos, nos habla de cosas íntimas y dulces.

A medida que Antonio se acercaba al pueblo, las cosas y los hechos de su edad de niño aparecían en su memoria con fidelidad inesperada, y se gozaba tanto en sus recuerdos, como con la dulce esperanza de abrazar prontamente a la madrecita de su corazón.

¿Cómo no recordar, pues, al que fue su amigo querido, a Luís, y los hechos culpables que de tan excelente compañero le habían distanciado? ¡Oh, sí! Y se avergonzaba de aquel orgullo que le había impedido, durante tantos años, abrir sus brazos al perdón y a la concordia.

-¡Pobre Luís!- pensaba Antonio.-Fue compasivo con mi debilidad, y yo opuse a su grandeza de alma mi inconcebible ingratitud.

Tan abstraído andaba meditando así, que, sin darse cuenta, por poco tropieza con un cuerpo tendido junto al camino. ¡Figuraos su asombro, cuando reconoció a Luís en aquella masa inerte!

Sí, era Luís, pálido, demacrado, con las carnes flácidas, huesoso, quizás muerto. Era Luís, que por consecuencia de una grave enfermedad, había perdido toda su antigua lozanía.

Por fortuna no estaba más que desmayado. ¿Y qué diréis que hizo Antonio? Palpitándole el corazón de pena y alegría a un tiempo, cogióle tierna y delicadamente y le llevó hasta la primera casita, donde le prodigaron solícitos cuidados y se atendió a cuanto era menester.

¡Qué conmovedora escena, cuando Luís recobró el sentido! ¡Cuánta alegría la de éste, que seguía siendo noble y grande de corazón, al reconocer a su amigo y enterarse de su abnegado comportamiento!

Con lágrimas en los ojos, abrazados a él y besándole la frente, balbuceó Antonio:

-¿Me perdonas? ¡Bendito Dios, que me ha permitido demostrarte, Luís amigo, la sinceridad de  mi arrepentimiento!

Y entre lágrimas y abrazos, sellóse nuevamente una amistad, que les unió hasta los últimos días de su vida.

Debemos recordar los beneficios recibidos y corresponder a ellos dignamente.

Las buenas obras son como el oro; no pierden nunca su valor.

Preceptos morales:

¿Qué significa la palabra reconciliación?

¿Qué era de Antonio y de Luís?

¿Quién regresaba a su pueblo? ¿Cuándo?

¿Qué recordaba Antonio al regresar a su pueblo? ¿Qué hecho importante recordó también?

¿Qué sucedió a Antonio cuando andaba distraído con sus pensamientos? ¿Qué hizo con Luís?

Describid la escena que se desarrolló cuando Luís recobró el conocimiento.

Lenguaje:

¿Magnanimidad…magnánimo?

¿Vicisitud?

¿Encanijamiento?

¿Músculos?

¿Horizonte?

¿Arrullar…arrullo?

¿Lindes?

¿Compasivo? ¿Lo contrario de compasivo?

¿Ingrato? ¿Lo contrario de ingrato?

¿Abstraído?

¿Masa inerte?

¿Carnes flácidas?

jueves, 29 de agosto de 2013

Parte de la vida IV-La humanidad-La Sociedad-Dos amigos-I.- Riña.


Dos camaradas, dos amiguitos, Luis y Antonio, riñeron una vez por fútiles pretextos. Sin embargo, el disgusto pudo tener consecuencias fatales.

Luis era un muchachote robusto, bien desarrollado, ágil y fuerte. Antonio tenía, aproximadamente, la edad de su amigo; pero su crecimiento había sido muy rápido, y, por esta  causa seguramente, parecía menos vigoroso. El carácter y el temperamento diferenciábanse también: vivo y displicente presentábase el segundo en todas ocasiones; manso, servicial y condescendiente, el primero. A estas virtudes de Luis debíase la buena armonía que, hasta entonces, había existido entre ambos muchachos.

El caso es que riñeron, y, al reñir, todos los defectos de Antonio se manifestaron con insoportable terquedad.

Luís lamentaba el enfado que le apartaba de su amigo, a quien seguía queriendo profundamente. Antonio, por lo contrario, no perdía ocasión para mortificarle, para escarnecerle. Dispensábale y sufría en silencio Luís la injusta persecución, con esto, Antonio se ensoberbecía.

Pero llegó a ser tan mortificante el insulto, que, cierto día en que el fatuo estaba verdaderamente insufrible, exclamó Luís perdiendo la paciencia:

-¡Mira que voy a hacerte daño!

¿Habéis visto, alguna vez, uno de esos perrazos enormes, contemplar, desdeñosamente, al diminuto falderillo que le ladra? Pues eso hizo Antonio al oír tales palabras; sólo que no fue tan noble ni tan frío como el can de que os hablo, y soltando una estrepitosa carcajada, repuso con desprecio:

-¿Quién, tú? ¡Pobre enanito! ¡Si te pongo la mano sobre la cabeza, te reduzco al tamaño de una hormiga! ¡Virgen santa! ¿Qué pasaría por el alma del humilde Luís, cegándole y encendiéndole la sangre, para que perdiera su aplomo y mansedumbre?

Cogió al engreído, y, como, según os he dicho antes, aunque más corto de talla era más forzudo y vigoroso, al primer empuje derribóle por tierra. Ciego todavía, apretóle con la rodilla en el pecho; pero viéndole impotente y débil, sintióse, de súbito, lleno de misericordia y piedad para con el vencido.

-Levántate-le dijo triste y amorosamente.-¿Te hice mal? Arregla tus ropas.

Antonio se levanto, sí; pero en vez de agradecer aquel rasgo generoso, se alejó sin contestar  palabra, avergonzado y corrido, además mordiéndose, rabiosamente, los puños.

¿Y no es verdad, amigos míos, que obró tan mal siendo soberbio y provocativo porque se creía fuerte, como dejándose arrastrar por el despecho, al verse vencido y perdonado?

Pon tu fuerza al servicio de la amistad, y no la  utilices jamás para ensañarte con el débil.

La generosidad aumenta la victoria del fuerte; y el abuso de su poder la empequeñece.

Preceptos morales:

¿Por qué riñeron Luís y Antonio?

¿Qué diferencias físicas y de carácter distinguían a ambos niños?

¿Cuál de los dos os parece más bueno? ¿Por qué?

¿Era reprensible la conducta de Antonio?

¿Cómo respondió Luís a las provocaciones de Antonio?

-En la lucha ¿demostró Luís su bondad y nobleza?

¿Qué demostró, por lo contrario, Antonio?

¿Qué preceptos debemos tener presentes?

Lenguaje:

¿Cosa fútil? ¿Lo contrario de fútil?

¿Vigoroso? ¿Lo contrario de vigoroso?

¿El temperamento?

¿Terquedad?

¿Ensoberbecerse? ¿Lo contrario de soberbio?

¿Aplomo?

¿Mansedumbre?

¿Engreído?

¿Despecho…despechado?


Parte de la vida IV-La humanidad-La Sociedad-Fabula-La verdad sospechosa.



Llevaban a enterrar dos granaderos al soldado andaluz Fermín Trigueros, embrollón sin igual, que, de un balazo, cayó sin menear ni pie ni brazo.

-¡Hola sepultureros!

(Les dijo un oficial) ¿Murió ese tuno?

-Murió (contesta de los dos, el uno).

Aquí Trigueros en su acuerdo torna, y oyendo la expresión dice con sorna:

-Lo que es por la presente, me figuro que vivo, mi teniente.

A lo cual replicó su camarada:

-No de Usted., Fermín crédito en nada.

Siempre embustero fue: su fin es cierto; pero aún miente el bribón después de muerto.

Quien falte a la verdad, con eso cuente; dirá que hay Dios y le dirán que miente.

Preceptos morales:

¿A quién llevaban a enterrar?

¿Qué había sido siempre Trigueros? ¿De qué había muerto?

¿Qué dijo el oficial? ¿Qué contesto al oficial? ¿Qué contesto? ¿Quién se dice que respondió a esta conversación? ¿Qué respondió?

¿Quién contesto al muerto? ¿Qué se contesto?

¿Qué nos enseña esta fabula? ¿Encierra esta fabula una gran verdad?

Lenguaje:

¿Granadero?

¿Embrollón?

¿Tuno?

¿Hablar con sorna?

¿Bribón?

¿Embuste…embustero? ¿Lo contrario de embustero?


Parte de la vida IV-La humanidad-La Sociedad-Una lección elocuente.



Pues ved ahí, amigos míos, que el carpintero Facundo no había cometido ningún gran delito, y sin embargo, le llevaban preso porque, en el calor de una disputa, había proferido palabras ofensivas y desobedecido la autoridad del señor Juez.

Román, que estaba presente, no podía comprender que, por algunas palabras irrespetuosas y no acatar lo mandado por el señor Juez, encerrasen a un hombre, y más a quien, como el carpintero Facundo, era querido de todo el pueblo.

Le prenden-díjole su padre-por faltas de respeto a la autoridad. El Juez ejerce autoridad en el pueblo, como la ejerce en la escuela tu maestro, y por eso te he recomendado muchas veces que seas obediente y respetuoso con él.

-Pero el señor Juez debe ser bueno como nuestro profesor, y si Facundo le pide perdón, ya deberán soltarle en seguida ¿Verdad papá?

-No sucederá eso que tu supones, porque si tal ocurriese, la ley no sería cumplida y el prestigio de la autoridad padecería grandemente. Facundo ha sido temerario, y su irreflexión le costará algunos días de encierro en la cárcel, los gastos consiguientes y el bochorno que la falta lleva consigo.

-Pues mire usted., papá-objetó Román-el señor Juez tendrá un corazón muy duro. Si yo estuviese en su lugar, como ese hombre se arrepintiera, todo habría concluido.

-Perfectamente, hijo mío, y tu bondad me place muchísimo. Seguramente, el señor Juez sentirá en su alma que el deber le obligue a ser inflexible. Debes tener en cuenta que no es la autoridad quien castiga; es la ley, y si ésta no fuese siempre cumplida, nuestra tranquilidad, nuestras haciendas y nuestras vidas estarían a merced de la voluntad de los malvados.

El silencio del niño demostró que no se hallaba conforme con las razones expuestas por su padre; pero no transcurrió mucho tiempo sin que un hecho, que interesó a todo el pueblo, viniera a llevar el convencimiento a nuestro amigo Román.

A pocos kilómetros de distancia, el camino vecinal que une al pueblo con el lugar cercano, los robos se sucedían con frecuencia; una cuadrilla de malhechores tenía amedrentados a los habitantes de todas las cercanías.

La Guardia Civil empezó a vigilar sin descanso, y los ladrones cayeron en poder de la autoridad. Todo el pueblo vio un día cómo una pareja de la benemérita, los llevaba a la cárcel atado codo con codo.

La alegría fue general, y la tranquilidad renació en los espíritus.

Entonces el padre de Román aprovecho la oportunidad para decir a su hijo:

-La autoridad encargada del cumplimiento de la ley, ha prendo a los forajidos, y la ley los enviará a presidio. Debemos compadecer a esos delincuentes; pero no debemos desear que sus crímenes queden sin castigo. Sin el respeto y obediencia a las autoridades, éstas no podrían ejercer sus funciones ni administrar justicia ¿Te parece, ahora, si la ley debe ser cumplida?

Por deber, por necesidad y por nuestro propio interés, debemos desear el respeto a la autoridad y que las leyes sean cumplidas.

No confundamos al criminal con el delito: el primero debe inspirarnos compasión; el segundo, invencible repugnancia.

Preceptos morales:

¿Por qué prendieron al carpintero Facundo?

¿Qué creía Román? ¿Qué le objeto su padre?

¿El Juez cumplió con su deber? ¿Por qué cumplió?

¿Debemos acatar los mandatos de la autoridad?

¿Qué sucedería si las autoridades no fuesen respetadas y las leyes no fuesen cumplidas?

¿Qué hecho vino a ser una lección elocuente para Román?

¿Por qué debemos desear que las leyes sean cumplidas?

¿Debemos confundir al criminal con el delito? ¿  Que deben inspirarnos uno y otro?

Lenguaje:

¿Qué significa la palabra proferir? ¿Debemos confundir con preferir? ¿Por qué no?

¿Prestigio?

¿Prestigioso?

¿Temerario?

¿Bochorno?

¿Ser inflexible? ¿Lo contrario de inflexible?

¿Amedrentar?

¿Forajido?

¿Delincuente? ¿Lo contrario de delincuente?

¿Delito?

martes, 13 de agosto de 2013

La persona...

... que me trajo al mundo, la persona mas especial de todas, mi querida madre. Mami en este día le quiero desear lo mejor del mundo porque se lo merece por ser como es, aunque tenemos nuestro más y menos pero quiero que sepa que la quiero como no tiene idea. 
Que sin usted no sabría que hacer porque usted es un pilar fundamental en mi vida, le doy las gracias por todo lo que ha hecho por mi porque gracias a eso hoy soy quien soy. 
Le doy las gracias a Dios por haberme dado una madre como usted, porque para mi es la mejor de todas, y ha sabido salir adelante pese a todo, ojala Dios nos permita celebrar mas días como este juntas. 
Quiero que sepa que me siento muy orgullosa de ser su hija, pues usted siempre me ha dado su amor y me ha ayudado en todo momento, desde que tengo uso de razón ha estado a mi lado y ha velado por mi bienestar, agradecerle desde lo más profundo de mi corazón y mi alma, todo ello, y principalmente su ayuda y apoyo, para mí siempre sera la mujer más buena del mundo y la más linda también.
Mi mami querida , mi vida no sería la misma si usted no estuviera conmigo, gracias a usted he aprendido a ir por el camino correcto y buscar la felicidad a pesar de obstáculos que me pone la vida.
Siempre que pienso en usted mi corazón se emociona y siento paz en mi interior. 
Gracias por criarme con amor y hacer de mí una persona de bien. Hoy que cumple años quiero que esté muy contenta y la pase feliz. Le deseo lo mejor de este mundo y que Dios le de muchos años de vida para seguir disfrutando de su gran amor y por ultimo darle las gracias por haberme dado estos hermanos tan maravillosos.