Parte de la vida I-El individuo-La familia: Nochebuena feliz.
¿Qué
tiene Adolfito tan enfadado y hosco?
Hace más
de una hora que se halla en aquel rincón, casi en cuclillas, fruncido el ceño.
Atareada
la madre, no se había fijado aún, y no era extraño, porque ¡válganos con el
tráfago de aquel día!
Como que
en aquella casa congregábanse, en torno de la mesa, todos los parientes la
Nochebuena, y erase allí, verdaderamente, noche solemne de paz y de amor.
Una de
las veces que la madre pasaba dando órdenes, reparó en el niño y se detuvo:
-¿Qué
tienes? Preguntó a Adolfo.-¿Te has peleado con tus primitas?
-No,
mamá-repuso el niño.- ¿Sabes lo que ocurre? Que yo no cenaré esta noche.
-¿Cómo,
hijo mío? ¿Te ha castigado papá?
-No,
mamá; pero yo no probaré bocado, porque el abuelito no lo probará tampoco.
-Pues,
¿Qué le pasa? Este mediodía estaba muy bien.
-Ya sabe,
mamá, que el abuelito suele estar triste porque papá y el tío Anselmo no son
amigos. Pero hoy lo está mucho más porque el tío, la tía y su Merceditas no
cenarán con nosotros, y siempre habían celebrado la Nochebuena en esta casa. Yo
también estoy muy triste, mamá. ¿Por qué no son amigos papá y el tío Anselmo?
-¡Hijo de
mi corazón!-exclamó la madre conmovida.- ¡Si papá te hubiera oído! Pero no, no
digas nada a papá ni al abuelo, tampoco. Anda, ve corriendo a casa del tío
Anselmo y di que papá les espera a todos para cenar. Tú te vienes con ellos.
Adolfo
echó a correr como pájaro al que sueltan las alas.
Llegado
el momento de la cena, todos los parientes se hallaban reunidos, menos el tío
Anselmo y su familia.
El abuelo
que estaba meditabundo, preguntó de repente, encarándose con su hijo:
-¿Dónde
está el niño? ¿Le has castigado?
En esto,
se abrió la puerta y penetraron Anselmo y los suyos; aquél llevando a Adolfo de
la mano.
-¡Abuelito!
– gritó el niño- te traigo al tío Anselmo. Papá ya le quiere. ¿Verdad, papá?
El padre,
emocionado, se adelantó, alargó la mano a su hermano y besó amorosamente al
buen Adolfo. Y el abuelo, al ver la inesperada reconciliación de sus dos hijos,
con voz sofocada por la emoción, les dijo estas palabras:
-En este
día, se deben olvidar y perdonar todos los agravios. Era la primera vez que en
esta casa no se hacía así, y yo me habría muerto de pena. Hijos míos, no
olvidéis nunca estas palabras de Jesús:
<<Amaos
los unos a los otros.>>
La bondad
de corazón triunfa de todos los obstáculos: sed siempre buenos.
Preceptos
morales:
¿Qué iba
a celebrar esta familia?
¿Cómo
celebraban la Nochebuena?
¿Quién
estaba acongojado? ¿Por qué?
¿Cómo se
supo la pesadumbre del abuelo? ¿Era justificado su pesar? ¿Por qué lo era?
¿Cómo
hicieron las paces el papá de Adolfo y su hermano Anselmo?
¿Qué les
dijo el buen abuelo?
¿Obro bien
la madre de Adolfo? ¿Por qué, si?
Lenguaje:
¿Hosco?
¿Estar en
cuclillas?
¿Congregarse?
¿Lo contrario de congregarse?
¿Qué es
la Nochebuena?
¿No
probar bocado?
¿Meditar…meditabundo?
¿Lo
contrario de olvidar?
¿Olvidadizo?
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