Aunque
el punto de partida de un desahucio es la firma de la hipoteca, el reloj real
de la ejecución empieza cuando los propietarios de una vivienda dejan de pagar
su préstamo. En ese momento no sólo se inicia un proceso judicial, sino que
además empieza a crecer el dinero que el hipotecado en apuros debe al banco por
costas o intereses de demora.
En la
siguiente infografía realizada por el país
se muestra el proceso paso a paso
Antonio Argandoña, profesor de economía del IESE, cree que "no
debemos ayudar demasiado alegremente" a los propietarios
de viviendas que "se
metieron en España en hipotecas que excedían a sus posibilidades".
"los fondos que vayan a ellos no podrán ir a otros que los necesitarán
más, y que quizás no serán tan culpables de sus propios problemas",
sentencia.
El
profesor del IESE argumenta cómo en argentina hace una década sesudos
economistas y doctores por las mejores universidades norteamericanas abrieron
hipotecas en dólares con el riesgo de que el peso (divisa argentina) se
depreciara y tuvieran que pagar cantidades por encima de sus posibilidades. Con
este ejemplo, explica como por justicia, en España no debería ayudarse
alegremente a las personas con hipotecas superiores a sus posibilidades.
Por
otro lado, explica que si
favorecemos "a los endeudados que están a punto de perder su casa"
estaremos "favoreciendo futuras 'alegrías' por el estilo
de las de los economistas argentinos" del ejemplo. Bajo el argumento de
"utilizar el dinero de la mejor forma posible", Argandoña subraya que
"al atender a una necesidad concreta (los desahucios, en este caso), no
debemos olvidar otras necesidades (sanitarias, educativas, de tercera edad, etc.)"
El
profesor del IESE cierra su artículo señalando que "compasión con los
perjudicados, sí, pero con sentido común".
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