miércoles, 7 de noviembre de 2012

si favorecemos "a los endeudados que están a punto de perder su casa" estaremos "favoreciendo futuras 'alegrías'


Aunque el punto de partida de un desahucio es la firma de la hipoteca, el reloj real de la ejecución empieza cuando los propietarios de una vivienda dejan de pagar su préstamo. En ese momento no sólo se inicia un proceso judicial, sino que además empieza a crecer el dinero que el hipotecado en apuros debe al banco por costas o intereses de demora.

En la siguiente infografía realizada por el país se muestra el proceso paso a paso

Antonio Argandoña, profesor de economía del IESE, cree que "no debemos ayudar demasiado alegremente" a los propietarios de viviendas que "se metieron en España en hipotecas que excedían a sus posibilidades". "los fondos que vayan a ellos no podrán ir a otros que los necesitarán más, y que quizás no serán tan culpables de sus propios problemas", sentencia.

El profesor del IESE argumenta cómo en argentina hace una década sesudos economistas y doctores por las mejores universidades norteamericanas abrieron hipotecas en dólares con el riesgo de que el peso (divisa argentina) se depreciara y tuvieran que pagar cantidades por encima de sus posibilidades. Con este ejemplo, explica como por justicia, en España no debería ayudarse alegremente a las personas con hipotecas superiores a sus posibilidades.

Por otro lado, explica que si favorecemos "a los endeudados que están a punto de perder su casa" estaremos "favoreciendo futuras 'alegrías' por el estilo de las de los economistas argentinos" del ejemplo. Bajo el argumento de "utilizar el dinero de la mejor forma posible", Argandoña subraya que "al atender a una necesidad concreta (los desahucios, en este caso), no debemos olvidar otras necesidades (sanitarias, educativas, de tercera edad, etc.)"

El profesor del IESE cierra su artículo señalando que "compasión con los perjudicados, sí, pero con sentido común".

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