La DE es tratable a cualquier edad, y el conocimiento de este hecho ha
ido creciendo. Más hombres han buscado ayuda y regresado a la actividad sexual
normal debido a tratamientos mejorados y exitosos de la DE. Tradicionalmente
los urólogos, quienes se especializan en
problemas de las vías urinarias, han tratado la DE; sin embargo, los urólogos
sólo son responsables del 25 por ciento de las menciones de sildenafilo en 1999.
En general, los especialistas en medicina familiar (médicos de cabecera
especializados) son, junto a los urólogos, los cardiólogos y los psiquiatras, los mejor formados para la
valoración, manejo y tratamiento de la disfunción eréctil. Las principales
ventajas que aportan frente a los demás especialistas son la visión integral
del paciente, la proximidad, la accesibilidad y la capacidad para la entrevista
clínica.
El término impotencia posee una raíz latina (impotens,
no poder). Es la incapacidad del varón para obtener o mantener una erección suficiente y realizar un coito
satisfactorio. La DE es una situación muy frecuente; se ha calculado que afecta
en mayor o menor grado a la mitad de los hombres entre los 40 y los 70 años.
Pero no es un tema que se trate abiertamente, pues forma parte de la vida
íntima de los individuos y de las parejas. Mitos y expectativas culturales de
la sexualidad masculina han impedido a muchos varones buscar ayuda para un
trastorno que puede beneficiarse, en la mayoría de los casos, de un tratamiento
relativamente sencillo.
Aunque puede decirse con seguridad que todo hombre experimenta de vez
en cuando dificultades para mantener la erección, la disfunción eréctil se define
como la incapacidad para mantener una erección suficiente para el coito
al menos en el 25 por ciento de los intentos.
Impotencia sexual es el nombre con el que se sigue conociendo a la disfunción eréctil.
Ya no se considera el nombre técnicamente correcto, sin embargo. Es la
incapacidad constante de mantener la erección suficiente para el coito. Los
hombres tensos, con ansiedad y sobreocupados en ocasiones no pueden lograr esa
concentración necesaria, lo que genera dificultad para obtener y sostener la
erección del pene. Existen otras causas, como los problemas vasculares. También
sigue usándose el término latino impotencia erigendi, es decir, la
incapacidad para la erección del pene.
Otros usos médicos del
término impotencia
El término impotencia se aplica también, médicamente, en los
siguientes casos:
- Impotencia coeundi: Imposibilidad para el coito4
- Impotencia generandi: Incapacidad de procrear, aunque la
penetración sea posible. Es sinónimo de esterilidad.4
- Impotencia psíquica: Para los casos en los que la disfunción eréctil se debe a factores emocionales y no orgánicos antes se clasificaba con este término.
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