lunes, 10 de diciembre de 2012

La hipertensión arterial: afección silenciosa.


 

Se trata de la patología de mayor mortalidad del mundo industrializado, relacionada claramente con los hábitos culturales e históricos (alimentación, sobrepeso, sedentarismo, tabaquismo), con las condiciones de la existencia sociológicamente conformadas (competitividad, condiciones de trabajo, inseguridad, estrés, etc.).

Para la O. M. S., “salud” es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o afección. Los avances de la medicina han demostrado la alta relación que tienen los aspectos físicos, psíquicos y sociales en la salud de las personas. En la actualidad, los aspectos psicológicos son considerados responsables del bienestar o malestar de las personas en gran medida. Sin embargo, la aplicación de esta concepción en la realidad actual de la Atención Primaria encuentra dificultades considerables.

 

“Prescindir de los componentes psíquicos y sociales de la salud y de los aspectos conductuales y afectivos de la enfermedad ha sido y es un error fundamental de los sistemas de salud”. (Hidalgo, 2002).


Hipertensión arterial como factor de riesgo

El paciente hipertenso raramente presenta su enfermedad en forma aislada sino que generalmente tiene otros factores de riesgo (son aquellos que, cuando están presentes, predisponen al desarrollo de la enfermedad cardíaca y cerebrovascular). Los más importantes son: el colesterol elevado, la diabetes, el sobrepeso, el tabaquismo, el sedentarismo y los antecedentes familiares de hipertensión arterial.

¿Qué es la presión arterial?

Abra una canilla de agua ¿Alguna vez se preguntó cómo llega el agua hasta ahí? La respuesta es simple: por la presión generada por una bomba y un sistema de caños. Algo similar sucede en nuestro cuerpo.

El corazón es “la bomba” y “los caños” son las arterias.

El corazón actúa como una bomba que envía al organismo alrededor de 5 litros de sangre por minuto. Cuando el corazón se contrae, impulsa la sangre hacia las arterias. La presión más alta alcanzada se llama sistólica o máxima. Cuando se relaja, la presión más baja se denomina diastólica o mínima. Una presión normal para una persona adulta es menor de 120/80 mm Hg o “12/8” (mm Hg [milímetro de mercurio] es la unidad de medida para la presión arterial).

¿Qué es la hipertensión arterial?

Lo primero y más importante que hay que destacar es que la hipertensión arterial es una enfermedad de la pared arterial, que se caracteriza por un aumento de su espesor y disminución de la luz de la arteria.

También es, junto con el colesterol elevado y el tabaquismo, el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad coronaria y cerebrovascular, como lo son el infarto de miocardio y el ataque cerebral.

Se considera que una persona tiene hipertensión arterial cuando después de controles reiterados de la presión arterial, ésta es igual o mayor de 140/90 mm Hg o “14/9”. Es importante destacar que no se puede hacer el diagnóstico de hipertensión ni determinar su severidad con una toma aislada de presión arterial.

Mensaje. La hipertensión es una enfermedad de la pared arterial, un factor de riesgo de desarrollar complicaciones cardiovasculares y cerebrovasculares, y una cifra igual o mayor de 140/90 mm Hg o “14/9”.

Es muy importante destacar que la presión varía latido a latido, durante el día y la noche, frente a situaciones cotidianas como caminar, hablar por teléfono, realizar ejercicios o dormir. Por lo tanto, la variación de la presión arterial es un fenómeno normal.

¿Cuál es la causa de la hipertensión arterial?

En la mayoría de los casos la causa se desconoce, se denomina primaria, existe un componente genético o hereditario que provoca que una persona la desarrolle en algún momento de su vida. Este riesgo aumenta aún más cuando ambos padres son hipertensos.

En un pequeño porcentaje la causa es secundaria a algunas enfermedades del riñón, las glándulas suprarrenales y algunos medicamentos. Finalmente, una causa importante es el consumo excesivo de alcohol.

¿Qué medicamentos pueden subir la presión?

Algunos medicamentos, como las anfetaminas, las gotas nasales, los corticoides, el uso crónico de antiinflamatorios y los anticonceptivos orales, pueden producir un aumento de la presión.

El uso crónico de antiinflamatorios. Es frecuente encontrar que en pacientes que tenían su presión arterial controlada, se vuelve más difícil su control por el uso de estas drogas.

En ese caso lo conveniente es que le comente a su médico qué fármacos está tomando, para ajustar las dosis o para que le indique fármacos que no producen este efecto sobre la presión arterial.

Los descongestivos nasales pueden provocar hipertensión porque con tienen sustancias vasoconstrictoras que alivian la congestión nasal pero pueden provocar un aumento de la presión arterial.

Los anticonceptivos orales pueden producir hipertensión arterial en un 5% de los casos. Se asocian con hipertensión en las mujeres con sobrepeso o en aquellas que son mayores de 35 años.

Si usted es hipertensa y los está tomando, lo primero que debe hacer, es confirmar con su médico que sean la causa de su hipertensión, en cuyo caso deberá plantearse si no hay algún otro método anticonceptivo que sea mejor para usted.

Estrés e hipertensión

¿Qué es el estrés? Es la respuesta normal del organismo para defenderse de una situación de peligro. El organismo aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y segrega algunas sustancias para responder con rapidez.

Un ejemplo: Imagínese a orillas de un lago pescando en una apacible tarde, su corazón late normalmente y su presión es normal. Pero de pronto, aparece detrás suyo un oso mostrando sus colmillos; su corazón comienza a latir muy rápidamente y su presión se eleva en forma brusca para que usted pueda combatir o huir (le recomiendo que huya).

Esta situación no es muy habitual en el mundo moderno, pero cuántas veces nuestra realidad está amenazada por muchos “osos”.

“Mi presión es nerviosa”

Cuando uno le pregunta al paciente ¿Cuál cree que es la causa de su hipertensión? la respuesta frecuentemente es la misma: “Mi presión es nerviosa”.

Lamentablemente, ésta es la creencia de la gran mayoría de los pacientes hipertensos que los lleva a pensar que la hipertensión se debe a un estado emocional y no a lo que realmente es: una enfermedad de la pared arterial con engrosamiento de su capa muscular (hipertrofia vascular).

Estos cambios anatómicos hacen que una persona hipertensa reaccione en forma exagerada a situaciones de estrés (liberación de catecolaminas) y su presión llega a valores muy elevados.

Un ejemplo: dos personas sufren una misma situación de estrés; mientras que la persona normal presenta una elevación leve de su presión (su arteria es normal), la persona hipertensa presenta “un pico de presión arterial” (como consecuencia de su pared arterial enferma). El estrés es similar en ambos, la diferencia está en las arterias.

“Cuando voy al médico me sube la presión”. Éste es un comentario habitual de los pacientes cuando concurren a la consulta.

Es importante distinguir dos conceptos diferentes: la “hipertensión de guardapolvo blanco” y el “efecto de guardapolvo blanco”.

La hipertensión de guardapolvo blanco puede observarse en una persona con presión arterial normal en la vida cotidiana, y aumento de la presión arterial en la consulta. Mientras que el efecto de guardapolvo blanco ocurre en algunas personas con hipertensión que en la consulta aumentan aún más su presión arterial.

Para confirmar dichos diagnósticos es probable que su médico solicite un monitoreo ambulatorio de presión arterial (también llamado Holter de presión arterial o presurometría de 24 horas).

¿Cómo se clasifica la hipertensión arterial?

La última clasificación de hipertensión arterial es la siguiente.

Se considera:

Presión arterial normal aquella igual o menor de 120-80 mm Hg.

Esto se debe a que en un estudio —que incluyó un millón de personas— demostró que cuando la presión arterial sistólica o máxima es mayor de 115 mm Hg y de 75 mm Hg la diastólica o mínima, aumenta el riesgo de presentar un evento cardiovascular.

Prehipertensión:

Esta denominación se debe a que, la gran mayoría de las personas que tienen estos valores durante el seguimiento de largo plazo, desarrollan hipertensión.

Estadios I y II:

El estadio I define hipertensión arterial. El estadio II nos dice que ésta es de grado moderado o severo.

¿La hipertensión arterial es una enfermedad frecuente?

Es la enfermedad más frecuente en occidente, alcanza al 20% de la población adulta y al 60% de las personas mayores de 65 años. Es importante destacar que la mitad de los pacientes hipertensos ignoran que están enfermos y aquellos que conocen su enfermedad, muy pocos están tratados. Además, de los que están tratados, muy pocos siguen el tratamiento en forma correcta y la mayoría lo abandona al poco tiempo.

¿La hipertensión provoca algún síntoma?

Pueden aparecer síntomas inespecíficos, como dolores de cabeza, irritabilidad, cansancio y mareos. Pero en la mayoría de los casos no provoca síntomas.

Mensaje: La única manera de saber si usted tiene la presión arterial alta es registrándola.

¿La toma domiciliaria o en la farmacia es de utilidad?

Es de utilidad porque nos permite conocer los cambios de la presión arterial durante la vida cotidiana de nuestros pacientes. Pero debe estar indicada por el médico, ya que hay pacientes que contraen la enfermedad llamada “presuromanía” (la manía de tomarse la presión arterial a cada momento) y dado que la presión varía, hecho normal, siguen controlándola y entran en un círculo vicioso que hay que evitar.

En la actualidad existen equipos automáticos que son útiles y de muy fácil manejo. Los más útiles son los que tienen un manguito que se coloca en el brazo. Es conveniente que su médico controle el funcionamiento correcto del equipo antes de usarlo.

Es importante que sepa que una toma aislada de presión arterial elevada no debe ser motivo de angustia, ya que raramente puede provocar una complicación.

Sería conveniente que durante la consulta le pregunte a su médico cuál es la conducta que debe adoptar en estos casos.

No se recomiendan los equipos que registran la presión arterial en el dedo ni en la muñeca porque son inexactos.

¿Cuáles son las complicaciones de la hipertensión arterial? Buenas y malas noticias

La hipertensión arterial, cuando no se trata o no se controla adecuadamente, puede producir complicaciones. Las más frecuentes son:

- Ataque cerebrovascular: es la complicación más frecuente del paciente hipertenso.

Hoy se prefiere la denominación ataque cerebral y no accidente, ya que la mayoría de las veces no es un accidente, porque se puede evitar.

Es habitual que durante la consulta el paciente diga: “Doctor, no tengo miedo de morir, sino de ser una carga para mi familia”. Y tiene razón, porque el ataque cerebral es la primera causa de discapacidad.

Existirían dos tipos fundamentales de ataque cerebral: el isquémico, que es el producido por la obstrucción de una arteria y que comúnmente se denomina trombosis cerebral, y el hemorrágico, que es el que se origina por la ruptura de un vaso sanguíneo con la consecuente hemorragia.

A diferencia del infarto de miocardio, cuyos síntomas son bien conocidos por todos, el ataque cerebrovascular no se manifiesta con dolor.

Algunos síntomas que deben alertarnos sobre un ataque cerebrovascular son las alteraciones de la sensibilidad, la pérdida de fuerza en un brazo o en una pierna, la dificultad para hablar o entender y la pérdida fugaz de la visión de uno o de los dos ojos.

El tratamiento reduce marcadamente el riesgo de presentarlo.

Luego de un ataque cerebrovascular, éste puede repetirse, por lo que es fundamental realizar un tratamiento muy enérgico para normalizar la presión arterial y el colesterol.

Será imprescindible que cambie sus hábitos y que incorpore una actividad física diaria y una alimentación saludable y, por supuesto, si fuma, abandonar el hábito.

- Angina de pecho: Se manifiesta con dolor en el pecho y es causada por una obstrucción parcial de las arterias coronarias, las cuales llevan la sangre al corazón.

El tratamiento puede ser:

Médico, con un esquema de diferentes fármacos, que actúan por distintos mecanismos.

Mediante angioplastia (dilatación de una arteria con un catéter, que tiene en su extremo un balón, que al ser inflado destapa la arteria; generalmente se deja colocado un stent, que es una malla que evita que la arteria se tape nuevamente).

Con cirugía coronaria, que consiste en hacer un puente (bypass) a la arteria obstruida.

En general, en la vida de un paciente con enfermedad coronaria se pueden usar alternativamente todos estos tratamientos.

- Infarto de miocardio: Se manifiesta también con un dolor opresivo en el pecho que no calma con el reposo, es prolongado y genera un estado de angustia y sensación de muerte. Puede acompañarse de falta de aire, náuseas y vómitos, por lo que puede confundirse con un problema digestivo.

Es causado por la obstrucción total de una arteria coronaria. Esta complicación, es más frecuente en los pacientes hipertensos.

La hipertensión, el colesterol elevado, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo son factores de riesgo muy importantes para la aparición de esta complicación.

- Hipertrofia ventricular izquierda: es el engrosamiento de las paredes del corazón, como consecuencia de una elevación crónica de la presión arterial. Su presencia favorece otras complicaciones, como la insuficiencia cardíaca. El tratamiento de la hipertensión puede lograr que la hipertrofia no progrese e incluso, en algunos casos, que se normalice.

Su diagnóstico se hace con el electrocardiograma o con la ecografía cardíaca.

- Insuficiencia cardíaca: se manifiesta por falta de aire, cansancio y retención de líquido.

Los dos factores de riesgo más importantes para desarrollarla son la enfermedad coronaria y la hipertensión arterial.

El estudio de Framingham demostró que el 91% de los pacientes con insuficiencia cardíaca tenían antecedentes de hipertensión arterial.

Este mismo estudio demostró que el pronóstico de la insuficiencia cardíaca no es bueno.

Por lo tanto, es muy importante la detección temprana de la hipertensión arterial, porque con el tratamiento antihipertensivo se reduce en un 50% el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca.

- Insuficiencia renal: los pacientes hipertensos tienen cinco veces más riesgo de desarrollarla que los normotensos. Se manifiesta por un aumento de la creatinina (mayor de 1,5 mg/dl).

La diabetes y la hipertensión arterial son las principales causas de insuficiencia renal.

¿Y la buena noticia?

Mensaje: La buena noticia es que la mayoría de estas complicaciones pueden evitarse con un tratamiento antihipertensivo adecuado.

¿Existe durante el día un horario más peligroso para tener un infarto o un accidente cerebrovascular?

Está demostrado que la mayoría de los infartos de miocardio y de los ataques cerebrovasculares ocurren en horas de la mañana (entre las seis y las doce del mediodía).

La explicación es que en este horario existe un aumento de la presión arterial, de la frecuencia cardíaca y de ciertas sustancias, como las catecolaminas,

que predisponen al infarto.

Mensaje. La presión arterial debe estar controlada durante las 24 horas, para evitar el incremento brusco en horas de la mañana.

Disfunción sexual e hipertensión arterial

La disfunción sexual es una condición que afecta la calidad de vida del paciente y sus relaciones personales. Además es un motivo habitual para discontinuar la medicación antihipertensiva. La disfunción sexual consiste en disminución del deseo, dificultad en la erección y problemas en el orgasmo.

Varios estudios epidemiológicos han demostrado que la disfunción sexual es bastante frecuente, alrededor del 30% al 40% en personas de entre 40 y 70 años la presentan.

¿Se conoce la causa?

En una función sexual normal intervienen varios factores: neurológicos, vasculares, hormonales y psicológicos.

La disfunción sexual en los pacientes con hipertensión arterial probablemente sea la consecuencia de la alteración de algunos de estos factores.

¿Las drogas antihipertensivas producen disfunción eréctil?

La disfunción sexual puede ser a su vez un efecto adverso de algunos fármacos antihipertensivos y, como consecuencia de ello, una de las principales razones de falta de adherencia al tratamiento.

Las drogas antihipertensivas que pueden afectar la función sexual son los diuréticos (tiazidas y espironolactona) y los betabloqueantes (no selectivos), pero esto generalmente sucede cuando se utilizan dosis altas de estos medicamentos y no ocurre con las dosis que utilizamos actualmente.

Mientras los inhibidores de la enzima de conversión y los antagonistas cálcicos tienen un efecto neutro, algunos estudios sugieren que los antagonistas de la angiotensina incluso pueden mejorarla.

¿El sildenafil (“Viagra”) es seguro?

El sildenafil demostró que es eficaz y seguro en pacientes con disfunción eréctil, pero antes de tomarlo hay que realizar una evaluación para descartar cualquier enfermedad cardiovascular.

Los pacientes con hipertensión arterial que se encuentran medicados no tienen contraindicaciones para su uso.

El ”Viagra” está contraindicado en las personas que tuvieron un infartode miocardio reciente, en las que padecen insuficiencia cardíaca, arritmias graves o en aquellas que están tomando nitritos (medicamento que se utiliza para calmar el dolor en pacientes con angina de pecho).

Anécdota. Hace tres años estaba organizando una reunión para la comunidad y estaba escribiendo el programa.

Un día vino a la consulta un paciente y decidí mostrárselo para conocer su opinión y si le parecían interesantes los temas que se iban a tratar.

Lo leyó atentamente y en un momento dado quedó con la mirada fija en el texto. La charla que había captado su atención decía: ¡Cómo tener una vida sexual plena después de un infarto de miocardio!

En ese momento me preguntó: ¿Doctor, tengo que esperar a tener un infarto para tener una vida sexual plena?

Decidí cambiar el nombre de la charla y se llamó ¡Cómo tener una vida sexual plena después de un infarto de miocardio, y antes también!

Roncar no es sólo un ruido molesto

La apnea del sueño es una de las principales causas secundarias de hipertensión arterial y de que la presión arterial no pueda normalizarse; por lo tanto, roncar a veces es más que hacer un ruido molesto cuando uno duerme.

Pacientes hipertensos, habitualmente con sobrepeso u obesidad y que roncan durante la noche pueden tener esta enfermedad denominada apnea del sueño, situación ésta en la que el ronquido pasa a ser un síntoma más de una enfermedad. La obesidad es una enfermedad asociada muy frecuente.

¿Qué síntomas presenta?

Los síntomas que presenta una persona con este trastorno son: ronquidos durante el sueño con pausas pronunciadas de la respiración, despertares nocturnos reiterados, sueño poco reparador, somnolencia diurna excesiva, dolor de cabeza por la mañana e hipertensión arterial.

Es uno de los factores que predisponen a tener un accidente automovilístico.

Si usted padece de hipertensión arterial y presenta algunos de estos síntomas, sería conveniente que consulte con su médico para confirmar el diagnóstico y realizar el tratamiento adecuado.

¿En qué consiste el tratamiento?

Primero habrá que descartar algunas enfermedades, como el hipotiroidis mo (disminución de la función de la glándula tiroides), donde el tratamiento de esta enfermedad puede normalizar los trastornos del sueño.

El alcohol y los fármacos para dormir favorecen esta condición; por lo tanto, hay que evitarlos. La disminución de peso mejora francamente la sintomatología del paciente. La apnea del sueño es favorecida por el hecho de dormir con la espalda apoyada. Se sugiere dormir de costado.

Y una manera práctica de conseguir esto, es colocarse una pelota de tenis, envuelta en una media, en la espalda.

Dado que es bastante incómodo dormir con una pelota en la espalda, uno se pone de costado y mejora la sintomatología.

LO IMPORTANTE PARA RECORDAR

• La hipertensión arterial es una enfermedad de la pared arterial.

• La presión arterial normal es < de 120/80 de máxima y mínima, respectivamente.

• Se considera que una persona es hipertensa cuando luego de reiterados controles de su presión arterial, ésta es igual o mayor de 140/90.

• Las complicaciones más frecuentes de la hipertensión arterial son: el ataque cerebrovascular, el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca y la insuficiencia renal.

• Todas estas complicaciones pueden prevenirse con un tratamiento adecuado.


 
 

 

 

1 comentario:

  1. Para los que somos hipertensos no viene de mas un recordatorio de lo que nos puede acarrear no prestarle atención a algo que no tiene síntomas.
    Así que como hay una persona que me ha dicho que si mi deseo es durar mucho tiempo junto a ella, no irme y dejarla sola, que ya se lo que tengo que hacer, si me interesa, claro. Pues dicho y hecho. Manos a la obra. Dejaremos de fumar... Afú...

    Saluditos Srta. Mildred.

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