BBVA se
resiste a las presiones para entrar en la SAREB Aunque José María Aznar es
quien atesora la fama de haber iniciado la privatización de las empresas
públicas de este país, la primera gran operación de colocación de papel en la
bolsa española se produjo mucho antes, en 1989. Todavía en la universidad,
recuerdo perfectamente la enorme campaña publicitaria de Repsol y cómo hubo
tortas para hacerse con las preciadas acciones: para medio millón de títulos, sólo en Madrid se contabilizó
una demanda de 17 millones de acciones.
En sus
primeros ocho años de cotización, las acciones se revalorizaron por encima del
100%, mientras que la bolsa de Madrid sólo lo hizo un 50%. Está claro que la
petrolera era un buen negocio y que los
inversores intuían que había una oportunidad.
Hace poco
más de un año salió a bolsa otra empresa de relumbrón: bankia. Su precio final de colocación (3,75
euros) tenía un descuento del
70% sobre su valor en libros. ¿atractivo? a tenor de cómo fue la
sobredemanda que hubo en el tramo minorista cabría decir que sí, aunque no se
puede considerar una señal tranquilizadora puesto que jamás antes la red de
oficinas había sometido a sus clientes a tanta presión para comprar títulos
como en aquellos días. Sin embargo, el
tramo institucional resultó algo más complicado. De hecho, algunos destacados potenciales compradores se negaron a entrar.
El más sonado: BBVA. Un año
después –antes de que se produjera la intervención de la
entidad- la acción había
perdido el 82% de su valor. El resto de la historia ya la conoce.
Parece que la entidad con sede en Bilbao no se equivocó.
El FROB y el
ministerio de economía han luchado contrarreloj por conseguir que la mayoría de
la SAREB (banco malo) quede en manos de inversores privados. La colocación
–privada en este caso- del capital de la nueva entidad de gestión de activos
tóxicos no se parece en nada a la de Repsol. Aquí no hay una demanda superior
en 34 veces a la oferta. Incluso la colocación de bankia fue mucho más sencilla
que esta. No obstante, y aunque a regañadientes, todos los bancos del país y una nutrida
representación del sector asegurador se han remangado para “entrar” y
que el gobierno pueda evitar que la deuda de la SAREB compute como deuda
pública del Estado.
¿Todos los bancos? no. de nuevo BBVA actúa como verso
suelto. Ayer lancé en twitter la pregunta:
“¿Por qué BBVA se resiste a las presiones para entrar en la SAREB?”. Estas son
algunas de las respuestas que he recibido:
“Porque no hay perspectivas de rentabilidad”
“Porque no le interesa el mercado español
y por tanto no tiene que ‘quedar bien’”
“Porque no tendrá opción de controlar las
decisiones de la SAREB”.
Según
informa la prensa, el propio banco ha argumentado que la participación en el banco malo contamina
a los bancos buenos y que va en perjuicio de los accionistas
porque las entidades sanas ya han hecho su esfuerzo por limpiar su balance con
los dos decretos ‘De Guindos’.
Un informe
elaborado por un banco de inversión extranjero dice: “en nuestra opinión, el éxito de la SAREB debe medirse por el
número de inversores profesionales internacionales privados que entren en el capital,
no por el número de entidades locales que han sido invitados a participar. Si,
a pesar de la promesa de una rentabilidad del capital (ROE) del 15% a largo
plazo, los beneficios fiscales y los enormes descuentos en los precios de
activos, los inversores internacionales no compran un pedazo importante del
capital de la SAREB, tenemos que asumir que no confían en la rentabilidad a largo plazo, o en los
descuentos (o ambos). Una solución local parece ser una
referencia circular que no involucra nuevo ingreso de dinero neto al país”.
Sin duda hay
razones objetivas de peso, razones puramente empresariales, que justifican sin
rubor la decisión del BBVA. Y vosotros, ¿por qué pensáis que BBVA se resiste a
entrar en la SAREB? o, dicho de otro modo, ¿Por qué los demás sí entran?
Miguel Martín, presidente de la asociación española de
banca (AEB), ha asegurado que "una de
las causas fundamentales de
la creación de la burbuja inmobiliaria fue el cambio legal que impuso el
gobierno (de Aznar) a las entidades para facilitar el cambio de
tipos fijos a variables”, lo que abarató los préstamos. El diputado del PP, Vicente Martínez Pujalte, le
ha recordado que por aquella
época era el subgobernador del banco de España.
Estas
declaraciones tuvieron lugar en la subcomisión de economía sobre transparencia
en productos bancarios, celebrada a puerta cerrada. Martín también ha señalado
que el paso de tipos de interés fijos a los variables facilitó y abarató las
hipotecas. También ha indicado que los bancos han llevado a cabo 400.000
desahucios desde que estalló la crisis y que “algunas entidades no ejecutan
ningún desahucio pero no lo dicen para evitar impagos de particulares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario