sábado, 15 de diciembre de 2012

El Juez: impartir justicia


En el desempeño de su función, recuerde siempre que ser juez es una de las funciones más altas que se pueden encomendar a un ser humano, pues la tarea de administrar justicia pertenece, en primer lugar a Dios, quien con su infinita bondad permite que un humilde mortal determine en el mundo fáctico el sitio de la razón. Por tanto, no existiendo otra virtud más grande y divina que la justicia, cultive con disciplina y extrema constancia su conocimiento, no sólo jurídico, sino en todas sus vertientes, pues cuanto más se amplíe, más ensalzará el poder y la sabiduría de su función, pero no deje que del conocimiento, por muy profundo o trascendente que éste sea, exalte su mente para descuidar esa gran responsabilidad: El que pueda lograr, con profunda humildad y nobleza, la justicia.

Al juzgar no olvide las palabras del filósofo griego Sócrates, al referirse a las cualidades que deben pertenecer a los jueces:

Escuchar cortésmente,

Contestar sabiamente,

Considerar todo sobriamente,

Y decidir imparcialmente.

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