lunes, 6 de agosto de 2012

Fundada por los fenicios




Málaga es una ciudad española, capital de la provincia homónima que forma parte de la comunidad autónoma de Andalucía. Está situada en el extremo oeste del mar Mediterráneo y en el sur de la península Ibérica, a unos 100 km al este del estrecho de Gibraltar.

Su término municipal ocupa una extensión de 395 km² que se extienden sobre los Montes de Málaga y el Valle del Guadalhorce. La ciudad está situada en el centro de una bahía rodeada de sistemas montañosos. Dos ríos, el Guadalmedina y el Guadalhorce, la atraviesan desembocando en el Mediterráneo.

Con 568.030 habitantes según el censo de 2011, Málaga es la sexta mayor ciudad de España por población, la segunda de Andalucía y la número cuarenta y seis de la Unión Europea. Además, es la zona urbana más densamente poblada de la conurbación formada por el conjunto de localidades que se sitúan a lo largo de 160 km de la Costa del Sol y el centro de un área metropolitana que sobrepasa sus límites municipales abarcando otros 12 municipios que suman 987.813 habitantes censados, aunque se estima que en Málaga Capital y su área metropolitana viven más de 1 millón de personas.


Fundada por los fenicios en el siglo VIII a. C., lo que la convierte en una de las ciudades más antiguas de Europa, Málaga fue un municipio primero federado y luego de derecho latino del Imperio romano, y una próspera medina andalusí cuatro veces capital de su propio reino, que decayó tras su incorporación a la Corona de Castilla en 1487. Durante el siglo XIX la ciudad experimentó una destacable actividad industrial y revolucionaria que la situó como primera ciudad industrial de España y le hicieron merecedora de los títulos "Siempre denodada" y "La primera en el peligro de la libertad". Escenario de uno de los episodios más sangrientos de la Guerra Civil Española y protagonista de la explosión del boom turístico de las décadas de 1960 y 1970, Málaga constituye en la actualidad un notable centro económico y cultural, y un importante nodo de comunicaciones en el litoral mediterráneo.

El lema y títulos otorgados a Málaga son "La primera en el peligro de la Libertad, la muy Noble, muy Leal, muy Hospitalaria, muy Benéfica y siempre Denodada Ciudad de Málaga".
Los patronos de Málaga son los mártires Ciriaco y Paula y la Virgen de la Victoria.
El emblema popular y turístico que caracteriza a Málaga es la estatua de El Cenachero, que representa al desaparecido oficio popular malagueño de cenachero, vendedor callejero de pescado. La flor que simboliza a Málaga es la biznaga, siendo el biznaguero otro personaje popular que se dedicaba a vender biznagas en la calle. Otros símbolos populares son el boquerón, pescado típico de la ciudad, y la Cerveza Victoria, fabricada en Málaga desde 1928, que se autodenominaba malagueña y exquisita.

Contaminación

El tráfico de vehículos es la principal causa de contaminación en la ciudad. En 2007 se detectaron un total de 125 días con alta polución atmosférica, es decir, Málaga vivió uno de cada tres días episodios de alta contaminación. Los años de sequía, que son periódicos en Málaga, provocan que aumenten los niveles de contaminantes de partículas en suspensión y también de otros gases como el dióxido de carbono o de nitrógeno, que en ese año aún no superaban los niveles permitidos.[32] Respecto a la contaminación acústica, en Málaga se ha detectado que la ciudad supera los 65,7 decibelios, superando los niveles establecidos por la Organización Mundial de la Salud.[]
Los mayores riesgos de contaminación de la costa provienen de las aguas fecales (61,3%), aceites y petróleo (32,2%), agricultura (3,2%) y compuestos radiactivos (3,2%). La elevada densidad de población que se concentra en la franja litoral de la provincia de Málaga conlleva la producción de una gran cantidad de aguas residuales que son vertidas al mar. En la temporada turística alta la población se multiplica, con el consiguiente aumento de vertidos. Existen dos depuradoras en la capital malagueña, pero los vertidos de otros municipios afectan a la ciudad de Málaga, provocando un aumento de turbidez que dificulta la penetración de la luz solar necesaria para la fotosíntesis de los organismos vegetales, un desequilibrio en las comunidades acuáticas por exceso de materia orgánica y un aumento de gérmenes en el entorno costero, además de la aparición de espumas y natas en la superficie marina.

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