Muchos propietarios de vivienda recurren al alquiler de su domicilio
habitual con el objetivo de obtener ingresos extra.
Las fórmulas van desde arrendar una habitación vacía a turistas
hasta el alquiler de la casa entera cuando los dueños están de vacaciones. Esta
actividad tiene un bajo coste de explotación, ya que se puede operar a través
de internet aunque se deben de pagar los impuestos correspondientes generados
por esta actividad económica.
No es necesario crear una empresa para la explotación de una
vivienda con fines turísticos pero sí hay que pagar impuestos. Así, las rentas
que reciben los propietarios tributan en el impuesto de la renta de las
personas físicas (IRPF). Además, dependiendo de la ubicación de la propiedad se
debe solicitar la licencia de actividad al ayuntamiento, que es quien
establece los requisitos mínimos de infraestructura (en el caso de que existan).
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