Hay demasiadas personas dolidas con esto de las
relaciones. Cada día, encontramos personas que se han vuelto desconfiadas con
las demás, por historias vividas quizás un poco traumáticas... Por experiencias
negativas, por sentir que han dado siempre más de lo que han recibido... Es
normal a priori no "confiar" en otra persona que se acerca a tu vida
con el simple afán de mejorarla. El que hayamos...
¿Qué hacer con las
decisiones que se toman y luego no son lo que esperaban?
Cuando tomamos una decisión y luego nos vemos decepcionados, es simplemente porque teníamos muchas expectativas colocadas en ello, y las experiencias de vida cuando van plagadas de estas, nos alejan del “instante santo”, de este momento. Entonces hacen que enfoquemos en una meta lejana… que hace colocar nuestra atención
en un futuro lejano. Y estamos tan distraídos evocando ese momento que perdemos nuestra presencia en el ahora y no vemos las bendiciones que están a nuestro alrededor… ocurre entonces que cuando llegamos a la meta… nos encontramos de pronto con las manos vacías porque no hemos disfrutado el recorrido de llegar a la meta…
NO ES LA META, ES EL CAMINO Y LAS EXPERIENCIAS ADQUIRIDAS lo que al final nos dejan una agradable sensación para saborear el alcance de cualquier "sueño"…
Cuando tomamos una decisión y luego nos vemos decepcionados, es simplemente porque teníamos muchas expectativas colocadas en ello, y las experiencias de vida cuando van plagadas de estas, nos alejan del “instante santo”, de este momento. Entonces hacen que enfoquemos en una meta lejana… que hace colocar nuestra atención
en un futuro lejano. Y estamos tan distraídos evocando ese momento que perdemos nuestra presencia en el ahora y no vemos las bendiciones que están a nuestro alrededor… ocurre entonces que cuando llegamos a la meta… nos encontramos de pronto con las manos vacías porque no hemos disfrutado el recorrido de llegar a la meta…
NO ES LA META, ES EL CAMINO Y LAS EXPERIENCIAS ADQUIRIDAS lo que al final nos dejan una agradable sensación para saborear el alcance de cualquier "sueño"…
Los milagros no son
cosas tan extraordinarias. Fíjate a tu alrededor y podrás ver miles de ellos
continuamente. Sólo tienes que querer verlos. Si quieres algo, ve y consíguelo.
Y punto. Las pequeñas cosas, aquellos pequeños detalles que tan
desapercibidamente suelen pasar por nuestras vidas son los realmente
importantes. Son los que te dan la magia.
Nos han enseñado en esta estúpida ideología: Siempre nos falta algo para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto, nos enseñaron, que la felicidad deberá esperar a completar lo que falta... Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida...
Pero que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe que nuestras 99 monedas son el cien por cien del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve que esta es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que seamos estúpidos, para que tiremos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual... eternamente igual.
Cuántas cosas cambiarían si pudiésemos disfrutar de nuestros tesoros tal como están. Pero ojo, reconocer en 99 un tesoro no quiere decir abandonar los objetivos. No quiere decir conformarse con cualquier cosa. Porque aceptar es una cosa y resignarse es otra. Pero eso es parte de otro cuento...
Nos han enseñado en esta estúpida ideología: Siempre nos falta algo para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto, nos enseñaron, que la felicidad deberá esperar a completar lo que falta... Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida...
Pero que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe que nuestras 99 monedas son el cien por cien del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve que esta es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que seamos estúpidos, para que tiremos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual... eternamente igual.
Cuántas cosas cambiarían si pudiésemos disfrutar de nuestros tesoros tal como están. Pero ojo, reconocer en 99 un tesoro no quiere decir abandonar los objetivos. No quiere decir conformarse con cualquier cosa. Porque aceptar es una cosa y resignarse es otra. Pero eso es parte de otro cuento...
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