lunes, 23 de julio de 2012

Ahorro en suministro


Bombillas de bajo consumo: utilizar este tipo de bombillas supone un ahorro de hasta el 80% de la energía eléctrica con respecto a las incandescentes y duran ocho veces más.

Lavadora y lavavajillas: usar estos electrodomésticos cuando estén al máximo de su carga conlleva una disminución del gasto en luz, agua, gas y electricidad.

El horno: los hornos eléctricos consumen una gran cantidad de energía y aumentan la temperatura ambiente. En verano, las comidas frescas son la mejor opción, aunque si se precisa, es mejor utilizar la olla exprés y el microondas que el horno eléctrico.

Cocinar: utilizar sartenes y cacerolas de diámetro mayor que la zona de cocción y usar tapaderas posibilita que se aproveche todo el calor, lo que redunda en una reducción de casi el 20% en el consumo de energía. Además, al cocinar se puede apagar el fuego de la vitrocerámica unos minutos antes de terminar, y así aprovechar el calor residual.

Electrodomésticos: apagar televisores, ordenadores, vídeos y cualquier aparato eléctrico que no esté en uso evita la disipación de calor al ambiente y reduce el gasto.


  • Ni una gota: reparar fugas o averías de cañerías y grifos, por donde se pierde gran cantidad de agua. Un grifo que gotea puede perder hasta 30 litros diarios de agua.
  • Menor caudal: si se cierra un poco la llave de paso del agua, se puede disminuir el caudal y reducir el número de litros de agua por minuto.
  • Economizadores: colocar atomizadores o economizadores de agua en los grifos permite economizar hasta un 50% de agua. Se adquieren en ferreterías o tiendas de bricolaje.
  • Duchas cortas: las duchas cortas de menos de 10 minutos y cerrar el grifo durante el enjabonado suponen un ahorro de 30 litros de agua por baño.
  • Lavarse los dientes: cerrar el grifo durante el afeitado y el lavado de los dientes y usar un vaso para enjuagarse la boca posibilita no desperdiciar unos 20 litros de agua cada vez.

  • Evitar ir con poca gasolina: aunque pueda parecer que el coche consume menos llevando poco combustible, en realidad funcionará de forma menos eficiente.
  • Revisar la presión de los neumáticos.
  • Mantener una velocidad estable.
  • Circular con marchas largas.
  • Cerrar las ventanillas para evitar la entrada de turbulencias y un mayor rozamiento.
  • Evitar acelerones y frenazos que aumenten el consumo.
  • Hacer ejercicio, caminar aprovechando el buen tiempo, optar por el transporte público.

  • Poner el termostato a 25ºC proporciona una sensación de confort en el interior de una vivienda. Por cada grado menos, se gasta entre un 7% y un 8% más de electricidad.
  • Utilizar un ventilador en el techo puede refrescar sin que sea necesario acudir al aire acondicionado. El movimiento de aire produce una sensación de descenso de temperatura de entre tres y cinco grados y su consumo de electricidad es muy bajo.
  • En verano conviene ventilar la casa cuando el aire sea más fresco, es decir, a primeras horas de la mañana y por la noche. Además, es importante colocar los aparatos de refrigeración en lugares donde no incida el sol de manera directa y haya una buena circulación de aire.
  • Aislar la vivienda, para que no se produzcan fugas del aire frío del aparato, ni abrir las ventanas mientras esté en funcionamiento.
  • Comprobar que los nuevos aparatos cuenten con la etiqueta de eficiencia energética.
  • Limpiar de forma periódica los filtros del aparato de climatización.

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