Bombillas de bajo
consumo: utilizar este tipo de bombillas supone un
ahorro de hasta el 80% de la energía eléctrica con respecto a las
incandescentes y duran ocho veces más.
Lavadora y
lavavajillas: usar estos
electrodomésticos cuando estén al máximo de su carga conlleva una disminución
del gasto en luz, agua, gas y electricidad.
El horno: los hornos eléctricos consumen una gran cantidad
de energía y aumentan la temperatura ambiente. En verano, las comidas frescas
son la mejor opción, aunque si se precisa, es mejor utilizar la olla exprés y
el microondas que el horno eléctrico.
Cocinar: utilizar sartenes y cacerolas de diámetro mayor
que la zona de cocción y usar tapaderas posibilita que se aproveche todo el
calor, lo que redunda en una reducción de casi el 20% en el consumo de energía.
Además, al cocinar se puede apagar el fuego de la vitrocerámica unos minutos
antes de terminar, y así aprovechar el calor residual.
Electrodomésticos: apagar televisores, ordenadores, vídeos y
cualquier aparato eléctrico que no esté en uso evita la disipación de calor al
ambiente y reduce el gasto.
- Ni una gota: reparar fugas o averías de cañerías y
grifos, por donde se pierde gran cantidad de agua. Un grifo que gotea
puede perder hasta 30 litros diarios de agua.
- Menor caudal: si se cierra un poco la llave de paso del
agua, se puede disminuir el caudal y reducir el número de litros de agua
por minuto.
- Economizadores: colocar atomizadores o economizadores de
agua en los grifos permite economizar hasta un 50% de agua. Se adquieren
en ferreterías o tiendas de bricolaje.
- Duchas cortas: las duchas cortas de menos de 10 minutos y
cerrar el grifo durante el enjabonado suponen un ahorro de 30 litros de
agua por baño.
- Lavarse los
dientes: cerrar el grifo
durante el afeitado y el lavado de los dientes y usar un vaso para
enjuagarse la boca posibilita no desperdiciar unos 20 litros de agua cada
vez.
- Evitar ir con
poca gasolina: aunque pueda
parecer que el coche consume menos llevando poco combustible, en realidad
funcionará de forma menos eficiente.
- Revisar la presión
de los neumáticos.
- Mantener una velocidad
estable.
- Circular con marchas
largas.
- Cerrar las
ventanillas para evitar la
entrada de turbulencias y un mayor rozamiento.
- Evitar acelerones
y frenazos que aumenten el
consumo.
- Hacer ejercicio,
caminar aprovechando el
buen tiempo, optar por el transporte público.
- Poner el termostato a 25ºC proporciona una sensación de confort en el
interior de una vivienda. Por cada grado menos, se gasta entre un 7% y un
8% más de electricidad.
- Utilizar un ventilador en el techo puede refrescar sin que sea necesario
acudir al aire acondicionado. El movimiento de aire produce una sensación
de descenso de temperatura de entre tres y cinco grados y su consumo de
electricidad es muy bajo.
- En verano conviene ventilar la casa
cuando el aire sea más fresco, es decir, a primeras horas de la mañana y
por la noche. Además, es importante colocar los aparatos de refrigeración
en lugares donde no incida el sol de manera directa y haya una buena
circulación de aire.
- Aislar la vivienda, para que no se produzcan fugas del aire
frío del aparato, ni abrir las ventanas mientras esté en funcionamiento.
- Comprobar que los nuevos aparatos cuenten
con la etiqueta de eficiencia energética.
- Limpiar de forma periódica los filtros
del aparato de climatización.
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