Allá por el año 2001, se cuenta: que una
chiquilla desgarbada, pero sencilla, iba en busca de 10 personas para hacer
cuadros, y daba una cierta cantidad cada mes a cada persona, es decir, era una
banquera. Por favor, no confundir con empleados de banca. Que podría ser
considerada una Emilio Botín. ¡La chiquilla ya prometía!
En uno de esos cobros a sus clientes, a una Sra., llamada,
Rosita, que es mi hermana, y que tiene una boca que endulza a las fieras, me
dedicó unas bellas frases desde el salón, que omitimos por sensibilidad
horaria. Refiriéndose, que tardaba duchándome más que una mujer.
Salí al salón y vi a mi hermana, hablando. La
salude y seguí con lo mío. No llamó mi
atención su amiga, pero me fije como iba vestida. Vestía una camiseta de color blanca que le llegaba
hasta las rodillas y en chanclas, además, despeinada.
Luego, por la tarde fui a la casa de la negrita,
para que le llevará unas cosas a mis hermanas a España. Y aprovechó, para
invitarme a su despedida, porque iba a salir del país. Yo acepte la invitación.
Por la noche, llegué a casa de la negrita y ésta me presentó a toda su familia al
completo. A la negrita, le gusté porque soy un tío enrollado y cariño.
Cuando me despedí de la reunión le dije a la
negrita: “Nos vemos en España”. ¡Así de cabronazo soy, que le vamos hacer!
Estando ya los dos en España, surgió el flechazo
por ambas partes.
Mis hermanas les dan las gracias a la negrita por
haberles quitado una responsabilidad, ya que dicen que la negrita, es como mi
madre, Benedicta. Ya que mi madre, es la única que soporta mis tonterías.
-Dice la negrita: Ángel, es para mí, mi calma y la tormenta a la
vez. ¿Pero aun no sé por qué lo amo?
Dicen que cuando no sabes por qué estás con una
persona, que eso es amor y el resto es tonterías. Pues yo te amo, Ángel, con
independencia de los dos maravillosos hijos que tenemos.
Ángel, responde: ¡Debo de reconocer que las mujeres me vuelven loco!
Es mi defecto, tengo otros defectos, pero éste es el que más saca de quicio a
mi negrita.
¡Se monta unos culebrones!, Que ni yo me entero,
de que soy el protagonista de ese bello aren de mujeres, que mi negrita, dice
que tengo.
Sin embargo, donde esté mi negrita, que se aparten
las otras.
Porque me enamoró su sencillez, y la amo, a pesar de sus celos. porque entiendo el por qué de ellos. Y “es que se ha
conseguido un yogurín”.
Pues bien, señores, ¡A comer! Que ya tengo ganas
de llevarme a mi mujer.
Gracias por compartir estos momentos inolvidables
con nosotros.
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