Aunque sea triste decirlo, en medio de
sus buenas cualidades Amparito tenía una pequeña falta: era un poquito curiosa.
Su papá lo sabía, y quiso corregirla de este defecto.
La
niña había manifestado grandes deseos de tener un canario, su papá se lo prometió. Un día llevo a casa
un pajarito encerrado en una caja, y lo puso sobre la mesa sin hablar una
palabra. Poco después salió. Como la mamá estaba en otra habitación cosiendo,
Amparito quedó sola y se puso a dar vueltas, llena de curiosidad, alrededor de
la caja. <<¡Quién sabe lo que habrá dentro!>>, dijo entre sí; y al
fin, no pudiendo resistir la tentación, levantó la tapa. ¡Ojaló no lo hubiera
hecho nunca! Lo que había en ella era un lindísimo canario, que al verse libre
dio dos o tres vueltas por la habitación, después salió por la ventana, y
pronto se perdió en los aires.
Amparito
quedo al pronto aturdida; después se echó a llorar con verdadera pena.
<<¿Qué es lo que he hecho? ¿Qué dirá ahora mi papá?>>
La
mamá, que había oído los gritos, llegó y dijo:
-Tú papá dirá que sufres el castigo de
tu imprudente curiosidad. Quiso ponerte a prueba para enseñarte que la
curiosidad es un defecto muy feo y que puede ser causa de gravísimos males. Que
esto te sirva de ejemplo.
Amparito
se acordó tanto, que desde entonces se enmendó para siempre y no volvió a ser
curiosa.
El
párrafo anterior le hubiera agradado a sus papás escribiera Amparito. Pero no
es así. Amparito sigue siendo curiosa, pero no se impacienta como antaño.
Y me deje un comentario en mi blog, para seguir encontrando ideas entre todos, para ayudarles a acrecer en este mundo tan convulsionado.
Si le gustó mi artículo, le da a “me gusta”o lo comparte en las redes sociales, para que todos podamos beneficiarnos de las ventajas que podamos favorecer aun más en la educación de nuestros hijo.
Y me deje un comentario en mi blog, para seguir encontrando ideas entre todos, para ayudarles a acrecer en este mundo tan convulsionado.
¡Muchas gracias!
No hay comentarios:
Publicar un comentario