martes, 14 de abril de 2015

Amparito hace una buena obra.



Muy cerca de casa de Amparito había un vendedor de castañas asadas y cocidas, que anunciaba su mercancía en alta voz entonando de paso algunas canciones. Le escuchaba la niña desde el balcón, veía humear el puchero en que hervían las castañas, y sentía llegar hasta ella su delicada y suavísimo olor.

Entró en tentación de comprar algunas, y se dijo:

-Las castañas cocidas con anís son muy ricas: yo tengo todavía dinero, y si mamá lo permite, voy a comprarlas.

Pidió permiso a su mamá, ésta se lo dio y marchó corriendo por las castañas.

Pocos momentos después volvió.

-¿Dónde tienes las castañas cocidas?-le pregunto su mamá.

La niña se puso muy encarnada, y dijo:

-No las he comprado.

-Ya sabes que te he dado mi permiso: anda y cómpralas.

Amparito se puso más encarnada, y contesto:

-No tengo dinero.

¿Pues qué has hecho de él? ¿Lo has perdido?

-No, mamita; pero a la puerta había dos niños casi desnudos y con mucha hambre: pensé que para mí las castañas eran un lujo…y les di las monedas.

Al oír esto la mamá abrazó a Amparito, la subió sobre sus rodillas y la llenó de besos.

Lo que para Amparito y sus papás es un gran acto de generosidad, para el ignorante y necio, se traduce en ser tonta.


Si le gustó mi artículo,  le da a  “me gusta”o lo comparte en las redes sociales, para que todos podamos beneficiarnos de las ventajas que podamos favorecer aun más en la educación de nuestros hijo.

Y me deje un comentario en mi blog, para seguir encontrando ideas entre todos, para ayudarles a acrecer en este mundo tan convulsionado.

¡Muchas gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario