domingo, 2 de junio de 2013

Hachís: ojos enrojecidos.


Región Policial ha detectado un incremento de los conductores que toman el volante tras consumir droga. Este 2012, los agentes ya han pillado 271 que han dado positivo cuando se les ha hecho la prueba del drogotest. La mayoría, por hachís, marihuana o cocaína. Los infractores son aquellos trabajadores que toman estupefacientes para aguantar largas jornadas laborales. Aunque el alcohol continúe encabezando las estadística de siniestralidad, solo en un año se han doblado los conductores implicados en accidentes que han dado positivo por drogas.

Ojos enrojecidos

Ven que tiene los ojos enrojecidos y deciden hacerle la prueba del drogotest para descartar que se haya tomado cualquier sustancia estupefaciente.

Sus sospechas se confirman cuando da positivo por hachís. Los agentes le inmovilizan el vehículo con una trampa. Como mínimo, deberán pasar ocho horas antes no pueda volver a conducir.

Coger el volante bajo los efectos de las drogas ya supone, de entrada, perder seis puntos del carné y enfrentarse a una multa de 500 euros. Y si además el conductor pone en riesgo la seguridad de los otros vehículos, entonces se enfrenta a una retirada del permiso de hasta cuatro años, ya una pena de prisión de entre tres y seis meses.

A la hora de detectarlos, ha sido clave la introducción del llamado drogotest. "Antes solo podías llevar al conductor al hospital para que le hicieran la prueba: ahora, sin embargo, gracias a estos kits, no hay que desplazarse y con un cuarto de hora se hace suficiente para ver si hay presencia de drogas".

Mecánica del drogotest

La mecánica del drogotest -cada pack cuesta unos 20 euros- es relativamente sencilla. Al conductor se le da un bastón con una almohadilla, que debe impregnar de saliva. Luego, esto se pasa por un reactivo y se derraman unas gotas sobre una placa que tiene unas rayitas. Cada uno corresponde a un tipo de estupefaciente (cocaína, cannabis, heroína o anfetaminas, entre otros).

Dependiendo de qué droga se haya consumido, con la reacción química, la rayita correspondiente desaparece. Cuando el conductor da positivo, sin embargo, no se le denuncia inmediatamente. Se envía una muestra de saliva a analizar en el laboratorio y, cuando llegan los resultados definitivos, entonces se pone en marcha el proceso sancionador.

A la hora de hacer un drogotest a un conductor, los encargados intentan ir sobre seguro. "La prueba de alcoholemia es relativamente rápida, pero para la de drogas necesitas exactamente un cuarto de hora, por lo que esta última se hace cuando tienen la sospecha de que el conductor puede haber consumido estupefacientes".

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