...del que no se habla mucho. Y es que hay quienes aseguran que
son ellas las dueñas de un rencor peligroso: sus venganzas siempre cumplen con
su objetivo; sin embargo, basta con abrir el periódico y leer los crímenes
pasionales cometidos por hombres para darnos cuenta de lo que somos capaces de
hacer. Nosotros no planeamos, simplemente tiramos del gatillo.
Si de
sobrevivir al despecho se trata, lo mejor es darle la vuelta a la hoja y seguir
adelante, pues equivocarse una vez es suficiente para no volver a caer en el
error. Pensemos en el futuro. Recordemos que nadie es culpable. No inventemos
motivos para odiarla. Aceptemos que las cosas cambiaron.
Debido a
esta situación, el despecho
masculino es definido como una línea pequeña entre la pasión y el desprecio. Los psicólogos Vladimir y María
Mercedes de Gessen, especialistas en el tema, afirman que los despechados son
aquéllos que no deseaban terminar la relación y, por lo tanto, pasarán por una
experiencia dura y amarga, que los inundará de rabia, frustración y
resentimiento. Explota en ellos un fuerte resentimiento contra su pareja, lo
cual puede llevarlos a la obsesión y a la desesperación. Y es que muchos de
nosotros no nos sumergimos en el llanto con recuerdos del pasado, sólo ahogamos
nuestro dolor en la venganza y el rencor.
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