Durante el boom inmobiliario en Miami
eran normales las inauguraciones de apartamentos o pisos por todo lo alto: con
la aparición de leopardos, con caviar o con desfiles de ferrari y maserati. Pero
el estallido de la burbuja en 2006 se llevó por delante este tipo de
celebraciones. Sin embargo, ahora vuelve a haber un nuevo flujo de extranjeros
interesados en comprar viviendas y que demandan este tipo de fiestas aunque
algo más sobrias.
El mercado norteamericano cuenta en los últimos meses con una nueva estrella invitada: los compradores boomerang. Se trata de familias que perdieron su vivienda hace al menos tres años fruto de un embargo y de la crisis inmobiliaria, pero que ahora vuelven al mercado en busca de una nueva casa que comprar con una amarga lección aprendida
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