La ciudad más grande de España y mejor urbanizada de la
época, [cita requerida] destacando sus
calles enladrilladas o empedradas. A su vez se convertía en una metrópoli con
consulados de todos los países de Europa, [cita requerida] y comerciantes
venidos de todo el continente que se afincaban en Sevilla para realizar sus
empresas. La ciudad llegó a ser un centro multicultural lo que ayudaría al
florecimiento de las artes, en especial la arquitectura, la pintura, la
escultura y la literatura, jugando así un papel importante en el Siglo de
Oro español. Famosas y productivas fueron las fábricas de jabón que se
constituyeron en el barrio de Triana, así como la artesanía de la seda
(exportadas a toda Europa) y la cerámica, que se contaban más de cincuenta
fábricas.
Los más importantes edificios del centro histórico son de
esta época: Catedral (terminada en 1506); Lonja, que
posteriormente, Carlos III ordenó su adaptación para albergar
el Archivo de Indias, Giralda (campanario y
Giraldillo: 1560-1568), Ayuntamiento (1527-1564), Hospital de las Cinco Llagas
(1544-1601), iglesia de la Anunciación (1565-1578), Audiencia (1595-1597), la
Casa de la Moneda (1585-87) y otros edificios nuevos como la Casa
Pilatos, el Palacio de las Dueñas o la Iglesia del Salvador.
Las primeras referencias del consumo de tabaco en España se
atestiguan en Sevilla. También la primera fábrica de tabacos del país se
asienta en esta ciudad. Se trata de la Real Fábrica de Tabacos, cuya construcción
se inicia en 1728 y
que es uno de los primeros grandes proyectos de edificio industrial en la
Europa moderna.[17]
La gran
fábrica del tabaco, trabajada por más de 1.400 mujeres sevillanas y, también de
otros lugares de España. La primera empresa del mundo, donde trabajo la mujer,
por vez primera, en un lugar que era ocupado por hombres. Por ese motivo, las
sevillanas, sienten que el único dueño que tienen, es la libertad.
La historia
de Carmen está ambientada en Sevilla, España, alrededor del año 1820, y lo protagoniza Carmen, una
bella gitana con fiero temperamento. Carmen, libre con su
amor, seduce al cabo don José, un soldado inexperto. La relación de
Carmen con el cabo don José lleva a que éste rechace a su anterior amor, al amotinamiento
contra su superior y a unirse a un grupo de contrabandistas. Sus celos cuando
ella dirige su amor al torero Escamillo llevan a don José a asesinar a Carmen.
Hasta finales del siglo XIX, existían en España distintas fábricas de tabacos en las ciudades de Sevilla, Cádiz, Alicante y más tarde, Madrid y otras. La primera que funcionó fue la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, fundada como empresa privada en 1620 y administrada directamente por la hacienda pública desde 1684. Al principio los trabajadores eran hombres y mujeres. A los hombres se les llamaba cigarreros y a las mujeres elaborantes.
En el año 1731, los cigarreros de Sevilla mandaron una queja al rey, un memorial en que se decía que no estaban de acuerdo con su sueldo, que era bastante menor que el sueldo recibido por las elaborantes (mujeres cigarreras) de Cádiz, siendo ellos hombres y con muchas más obligaciones que las mujeres.
Recibieron una contestación en que se decía que se les pagaba exactamente igual por mazo de cigarros, pero que las elaborantes de Cádiz "son más cuidadosas, trabajan con más pulcritud y menos desperdicios y su labor cunde más. Así obtienen más dinero por el mismo tiempo de trabajo".
El trabajo de las mujeres cigarreras fue muy apreciado y solicitado. Ellas mismas conseguían que la ampliación de personal fuese siempre de mujeres. Cuando más tarde aparece la elaboración del cigarrillo, las cigarreras son profesionales tan diestras que tan sólo ellas serán capaces de preparar esta modalidad. Se hacen indispensables en las fábricas y crean una imagen especial de la mujer cigarrera.
Primeras protestas
En agosto de 1887 se produce un gran descontento entre las trabajadoras de la fábrica. La causa es el tabaco que llega que es de baja calidad y con mucho desecho y por tanto cuesta más manipularlo, cuesta más tiempo hacer los cigarros, es decir, muchas más horas de trabajo para llevarse un jornal decente a casa.
Por otro lado, en el mes de octubre el Monopolio de Tabacos del Estado pasa a una nueva Compañía Arrendataria de Tabacos. Los jefes de esta compañía traen disposiciones nuevas, entre las que está el cese del administrador jefe de la fábrica, don Enrique Viglieti, un hombre justo a quien las cigarreras querían y respetaban. Fue él quien dio impulso a los talleres especiales de trabajo a domicilio y una de sus normas era adelantar dinero a las cigarreras cuando por causa justificada no podían asistir al trabajo. Las trabajadoras respondieron siempre a este adelanto haciendo el trabajo suficiente para su compensación.
A la vista del cese del administrador se echaron a la calle en una manifestación de protesta más de 5.000 mujeres, apoyadas por los vecinos, familiares y amigos que llegaban de otros barrios. Tomaron la fábrica sin que los 100 guardias civiles que mandaron para calmar los disturbios pudieran hacer nada. Hubo una tregua para parlamentar con las autoridades competentes.
Las cigarreras María la Niña y Victoriana la Muñeca acudieron en representación de sus compañeras. Las cigarreras ganaron la partida y los jefes consintieron la reincorporación del administrador expulsado que, sin embargo, una vez admitido pidió el cese en el cargo.
En los años que reinó Isabel II, la clase burguesa inició una etapa constructora sin igual en la ciudad. De aquella época data el puente de Isabel II (más conocido como puente de Triana). La estancia de los duques de Montpensier en el Palacio de San Telmo hizo parecer Sevilla como si fuera la segunda Corte del Reino. Durante este periodo se completó el alumbrado y se incrementó la pavimentación de las calles, de manera que a principios del siglo XX prácticamente todo el caso antiguo estaba embaldosado.[4]
En el año 1731, los cigarreros de Sevilla mandaron una queja al rey, un memorial en que se decía que no estaban de acuerdo con su sueldo, que era bastante menor que el sueldo recibido por las elaborantes (mujeres cigarreras) de Cádiz, siendo ellos hombres y con muchas más obligaciones que las mujeres.
Recibieron una contestación en que se decía que se les pagaba exactamente igual por mazo de cigarros, pero que las elaborantes de Cádiz "son más cuidadosas, trabajan con más pulcritud y menos desperdicios y su labor cunde más. Así obtienen más dinero por el mismo tiempo de trabajo".
El trabajo de las mujeres cigarreras fue muy apreciado y solicitado. Ellas mismas conseguían que la ampliación de personal fuese siempre de mujeres. Cuando más tarde aparece la elaboración del cigarrillo, las cigarreras son profesionales tan diestras que tan sólo ellas serán capaces de preparar esta modalidad. Se hacen indispensables en las fábricas y crean una imagen especial de la mujer cigarrera.
Primeras protestas
En agosto de 1887 se produce un gran descontento entre las trabajadoras de la fábrica. La causa es el tabaco que llega que es de baja calidad y con mucho desecho y por tanto cuesta más manipularlo, cuesta más tiempo hacer los cigarros, es decir, muchas más horas de trabajo para llevarse un jornal decente a casa.
Por otro lado, en el mes de octubre el Monopolio de Tabacos del Estado pasa a una nueva Compañía Arrendataria de Tabacos. Los jefes de esta compañía traen disposiciones nuevas, entre las que está el cese del administrador jefe de la fábrica, don Enrique Viglieti, un hombre justo a quien las cigarreras querían y respetaban. Fue él quien dio impulso a los talleres especiales de trabajo a domicilio y una de sus normas era adelantar dinero a las cigarreras cuando por causa justificada no podían asistir al trabajo. Las trabajadoras respondieron siempre a este adelanto haciendo el trabajo suficiente para su compensación.
A la vista del cese del administrador se echaron a la calle en una manifestación de protesta más de 5.000 mujeres, apoyadas por los vecinos, familiares y amigos que llegaban de otros barrios. Tomaron la fábrica sin que los 100 guardias civiles que mandaron para calmar los disturbios pudieran hacer nada. Hubo una tregua para parlamentar con las autoridades competentes.
Las cigarreras María la Niña y Victoriana la Muñeca acudieron en representación de sus compañeras. Las cigarreras ganaron la partida y los jefes consintieron la reincorporación del administrador expulsado que, sin embargo, una vez admitido pidió el cese en el cargo.
En los años que reinó Isabel II, la clase burguesa inició una etapa constructora sin igual en la ciudad. De aquella época data el puente de Isabel II (más conocido como puente de Triana). La estancia de los duques de Montpensier en el Palacio de San Telmo hizo parecer Sevilla como si fuera la segunda Corte del Reino. Durante este periodo se completó el alumbrado y se incrementó la pavimentación de las calles, de manera que a principios del siglo XX prácticamente todo el caso antiguo estaba embaldosado.[4]
El puente
de Isabel II, más conocido como el Puente de Triana, es una réplica del que
fuera el Puente Carrusel, de Paris, hoy en día desaparecido.
El mejor
caviar del mundo, fue fabricado en Sevilla. Debido a la presa y, al embalse, en
el Río Guadalquivir, desapareció el esturión salvaje y por ende la producción
del caviar.
Otra de
las curiosidades del Río Guadalquivir, hay que saber que es el único río del
mundo, que va hacia arriba, al tratarse de un afluente, brazo muerto del mismo.
Puerta de Jerez.
La expo
de 1929, obra de Manuel Delgado Brackembury, creador de la fuente de los meones. Cuenta la gente de la calle, que los meones, estarían en la casa de la Duquesa de Alba...
La "Fuente de Sevilla" representa a la ciudad, rodeada de símbolos alusivos: la rueda dentada de la industria, el caduceo del comercio y unas hojas para la agricultura. Va sobre una especie de grandes hojas de loto, sostenidas por figuras de niños en cueros, subidos a unas grandes tortugas.
En el perímetro de la taza iban otros cuatro niños con caracolas de las que manaba agua. El conjunto de niños y surtidores de agua hizo que la voz popular llamara a la fuente “de los meones”.
La fuente se desmontó con ocasión de las obras del Metro (en los años 1974-1983). Cuando se restituyó la fuente a su lugar, no se volvieron a colocar los "meones" exteriores.
La fuente se desmontó con ocasión de las obras del Metro (en los años 1974-1983). Cuando se restituyó la fuente a su lugar, no se volvieron a colocar los "meones" exteriores.
El escultor Delgado Brackembury utilizó para las caras de los "meones" a los niños que vivían en los alrededores de su taller como modelos. Se puede ver que una niña lleva una muñeca, junto a otro niño que llora.
La Plaza
de Toros, de la Real Maestranza de Sevilla. El poder económico ha desaparecido,
pero la clase social se sigue manteniendo hoy en día, de la siguiente forma:
Rejoneadores, la hermandad de la Real Maestranza y el torero.
En la
Catedral de Sevilla, existen unas pintadas, que parecen haber sido obra de
algún que otro gamberro, pero hay que entender la cultura, para conocer, de que
no se trata de gamberrada, los sevillanos, les llaman, vítores sevillanos, esto
quiere traducirse, en que cuando una persona terminaba su carrera universitaria
escribían su siglas, para dar a conocer su culminación.
Cerca de
la Catedral de Sevilla, el obispado, se hizo construir su casa.
También,
cerca de la catedral de Sevilla, podemos apreciar la Giralda. Que a pesar de
los años, solo se ha hundido un centímetro, se supone, que es debido a las
obras cercana a su edificio, como por ejemplo, edificaciones nuevas que se
tuvieron que hacer para la expo, y líneas de metros, etc.
La Plaza
de San Francisco, casi olvidada, debido a que se quedo pequeña, para albergar
al turismo, venido de todo el mundo a la expo, entonces se construyo otra plaza
más grande por delante de las nuevas obras, quedando está detrás con mucha
historia. Una de estas historias, es en la que una de las palabras que está
escrita, tiene su propia historia, NODO, que tiene su significado Real, ya que
el Rey, fue destronado por la fuerza por su hijo, y adonde el Rey, fuese a toda
población de su reino, no lo aceptaban, pero Sevilla, no le cerró la puerta. En
esta situación, su hijo, le dio, a Sevilla, para que la reinara, y que cuando
muriese su padre, poder contar con la colaboración del pueblo de Sevilla, para recuperar
y gobernar en ella posteriormente.
También,
en la catedral, cuando hacen manifestaciones, los manifestantes se suelen
colocar detrás de las cadenas que custodian la catedral, pero muy pocos sabemos
el significado real de estas cadenas, y hay que remontarse a la historia para
conocer, de que se trata un lugar de acogerte en sagrado, cuando la justicia
del hombre no es capaz de dar protección al ser humano, esto se aplica desde el
siglo XVI.
La
desconocida Plaza de Toros, de la Monumental. Debido a no compartir la forma
con que la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla, llevaba a raja
tabla, las clases sociales y económicas, surgió un luchador, llamado Joselito,
más conocido, como el gallo. Esta gran persona, mando a construir una plaza de
toros, donde no hubiera este clasismo social. Estando toreando fuera de su
Sevilla, lo envistió un toro, a cinco días de su inauguración, pero en estos
cinco días, cuenta la historia del pueblo, de que los hermanos de la Hermandad
de la Real Maestranza, ordenaron el derribo de dicha plaza. Sin que Joselito,
pudiera hacer nada, desde donde se estaba batiendo entre la vida y la muerte y
posteriormente desde el más allá.
En
Sevilla, existen dos grandes torres, conocidas, como la Torre de la Plata y la
Torre del Oro.
Cuenta la
historia y documentalmente recogido está, que había una mujer bonita, llamada
Doña María Coronel, de estado civil, casada y muy enamorada de su marido, D. Luís de la Cerda.
Pues
bien, Su Majestad, el Rey, Pedro I,
conocido como el Cruel. Había quedado embelesado con la belleza de Doña. María
Coronel.
Su
Majestad, el Rey, Pedro I, conocido como el Cruel, se las ingenio, para enviar
al marido de Doña, María Coronel, a una misión.
En esta
misión, el marido, de Doña, María Coronel, es muerto.
Cuando
Doña, María Coronel, recibe la noticia, de la muerte de su marido, entra en un
convento de clausura.
Cuando Su
Majestad, el Rey, Pedro I, conocido como el Cruel, se entera, de que Doña,
María Coronel, se ha metido a monja, ordena a su guardia Real, traérsela a
Palacio.
Su
Majestad, el Rey, Pedro I, conocido como el Cruel, la encarcela en la Torre de oro.
Pero
Doña. María Coronel, se las ingenia, para convencer al carcelero, la deje huir.
Conseguido este objetivo, Doña. María Coronel, vuelve al convento de clausura.
Esta vez,
Su Majestad, el Rey, Pedro I, conocido como el Cruel, va personalmente a por
ella.
Su
Majestad, el Rey, Pedro I, conocido como el Cruel, empieza a buscarla y correr
detrás de ella. Finalmente, Doña. María Coronel, es acorralada en la cocina del
convento. Al sentirse pérdida, coge un recipiente de aceite hirviendo y lo
vierte sobre su cuerpo.
Su
Majestad, el Rey, Pedro I, conocido como el Cruel, entiende la indirecta.
Y, Su
Majestad, el Rey, Pedro I, conocido como el Cruel, le concede una pensión a
Doña. María Coronel. Con esta pensión, Doña. María Coronel, empieza a
construir, lo que hoy en día es el convento de Santa Inés.
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