El Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha avanzado que acudirá en los próximos meses a la
comisión de economía para hacer
un primer balance del código de buenas prácticas bancarias. Las
asociaciones de consumidores
consultadas tienen claro ya su veredicto sobre la medida. En su opinión es ineficaz para la mayoría
de los hipotecados en apuros y una
operación de marketing para la banca.
A
principios de marzo el gobierno anunció a bombo y platillo la creación de un
código de buenas prácticas en España de adopción voluntaria para la banca, con
el fin de paliar la situación de los hipotecados en riesgo de exclusión social.
La mayoría de las entidades
financieras se anexionaron a este código de forma casi inmediata
y enviaron numerosas notas de prensa donde resaltaban su anexión a dicho
código. Sin embargo, seis
meses después de estos hechos, las asociaciones de consumidores se quejan de que se trata de
un instrumento para lavar la imagen de la banca, ya que apenas
está teniendo efectos positivos para los hipotecados en apuros.
Con
el nuevo código de buenas prácticas se puede, en determinados supuestos, pagar
únicamente la parte relativa a intereses durante un plazo de 4 años, aumentar
el período de la hipoteca hasta 40 años, lograr una reducción de hasta el 25%
del capital pendiente o incluso conseguir la dación en pago.
El problema está en que la barrera de entrada es tan
restrictiva que apenas sirve para nadie.
Entre
otras cosas, se pide:
(I) Que
todos los miembros de la familia estén en paro, (II) Que la cuota de la
hipoteca supere el 60% de los ingresos que perciba la familia,
(III)
Que sólo se tenga una vivienda en propiedad y
(IV)
Que la hipoteca carezca de avalista. Es decir, casi nadie cumple con esta
situación pese a que en España hay cientos de miles de personas con problemas
para pagar la hipoteca.
Una ayuda para casi nadie
De Guindos anunció ayer que ya hay "resultados
importantes" sobre los
efectos de la nueva ley que regula los desahucios hipotecarios y sobre el
"código de buenas prácticas" de los bancos para fomentar la dación en
pago de familias sin recursos. Esto, unido a que recientemente dijo que los
bancos habían atendido unas 600 peticiones de afectados y que hay casos en los
que se ha logrado la dación en pago y otros en los que se han llegado a
reestructuraciones financieras favorables para los hipotecados, hace a las
asociaciones de usuarios pensar que el ministro “venderá” los datos como un
éxito, cuando para ellos es un fracaso.
En
este sentido, la Asociación
General de Consumidores (ASGECO) y FACUA se adelantan a este
próximo anuncio destacando que supone
una ayuda para muy poca gente en comparación con el bombo que
se le dio a su lanzamiento.
Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, asegura que aún no han encontrado hipotecados en apuros
que hayan cumplido con las difíciles condiciones impuestas por el gobierno. “no
hemos encontrado viviendas sin avalistas, que es una de las condiciones que se
imponen”. En su opinión, bancos
y cajas de ahorros están aumentando las daciones en pago pero
no para ayudar a los hipotecados más desfavorecidos, sino para evitar incrementar la morosidad.
Por
su parte, Alejandro Zornoza,
abogado de ASGECO, facilita datos de la asociación sobre el
éxito del código: desde la puesta en marcha de este instrumento, un 32% del
total de las consultas relacionadas con la vivienda fueron sobre el código,
esto es, 28 consultas. De ellas, sólo 15 cumplían con los requisitos, pero aún
así ninguna de estas consultas se ha podido acoger al código y han sido
rechazados por la banca al pedir ayuda. En su opinión, una de las respuestas de
los bancos a no querer reestructurar la deuda hipotecaria o no querer llegar a
la dación en pago es que “le sale más caro aceptar la vivienda como pago de la
deuda hipotecaria que embargar la casa”.
Zornoza cuenta el caso de una familia de Alicante que no ha podido beneficiarse del código. El marido con
57 años está en paro, la mujer es ama de casa y tienen a un ahijado viviendo
con ellos. No disponen de ningún otro inmueble, con lo que cumplen con los
requisitos, sin embargo el banco no ha aceptado ni una quita, ni la dación en
pago porque, según relata la mujer, “al banco le salía más caro que ejecutar la
hipoteca”
Francisco Javier Alvarado, portavoz de la Asociación de
Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE), asegura que desde que se puso en marcha el código se
han intentado acoger un total de 1.589 familias pero sólo 203, es decir, el
12,8% del total ha podido beneficiarse de esta medida, en concreto, de la
dación en pago pero, Alvarado recuerda que en su mayoría se trata de
inmigrantes que vuelven a sus países de origen.
¿Qué es lo que falla?
En
líneas generales, las
asociaciones de consumidores denuncian que el código de buenas
prácticas sólo es,
como el nombre indica, un
código. No
tiene rango de ley, por lo que no obliga a las entidades
financieras que se adhieran a cumplirlo y “no hay sanciones administrativas” en
caso de que se nieguen a aceptarlo pese a que se cumplan con los requisitos.
También
recuerdan que la comisión que se creó para supervisar el cumplimiento del
instrumento por parte de la banca no cuenta con representación de los
consumidores. La comisión está integrada por la asociación hipotecaria española
(AHE), por el banco de España (BDE), por la Comisión Nacional del Mercado de Valores
(CNMV) y por el ministerio de economía.
Y, ¿Cuál es la postura de la banca?
Desde
la Asociación Española de Banca
(AEB) recuerdan que la aplicación del código de buenas
prácticas tiene un carácter voluntario. En su opinión, los bancos, antes de
embargar la vivienda, analizan todas las posibilidades de renegociar con el cliente
las condiciones de la hipoteca (periodos de carencia, alargamiento de plazos,
concesión de moratoria temporal).
“prueba
de ellos es el bajo nivel de morosidad que presenta el crédito hipotecario a
particulares y el proporcionalmente reducido número de casos de adjudicación de
viviendas en relación con el número de préstamos”, añaden desde la AEB.
BBVA segura que
hasta la fecha han ayudado a reestructurar la deuda de unos 110.000 clientes. Y
según un portavoz de Banco Santander,
no disponen de datos para ofrecer a los medios de comunicación.
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