Playa de Getares. Ante nosotros se
divisaban las ruinas de lo que conocemos como La Ballenera. No recuerdo
por qué, salió la conversación sobre ésta. Mi amigo Ildefonso, me habla de sus
aventuras de su niñez y juventud de éstos lugares olvidados en Algeciras.
Incrédulo, lo miré y le pedí que me lo
aclarara pues yo, en mi ignorancia, imaginaba la caza de cetáceos y utilización
de esas instalaciones como algo más lejano en el tiempo.
Me contó que era realidad, que él había
visto sacar del agua a las ballenas y descuartizarlas, así como que su carne
(posiblemente por el hambre que había en esos años) sabía a ternera, y que
había que sangrarla muy bien antes de cocinarla.
La Compañía Ballenera Española,
creada por socios noruegos allá por el año 1914, fue la primera en instalarse y
construyó el edificio (hoy en total ruina) en el año 1920. El complejo
albergaba sala de calderas, frigoríficos, rampa de izado de los cetáceos y una
explanada de despiece, además de tanques de fusión y conservación de los
aceites. Se llegaron a cazar en seis años 3609 rorcuales y 345 cachalotes.
A continuación, hubo un receso en la
actividad de más de veinte años, ocasionado por el exterminio de ejemplares en
la zona del Golfo de Cádiz.
Posteriormente se constituyó la Sociedad
Ballenera del Estrecho por el armador de Málaga José López
Gutiérrez y el algecireño José Soriano Arlés. Llegaron a trabajar en esta
factoría hasta 100 personas, de las que la mitad eran mujeres, dedicadas al
procesamiento de la carne y aceites.
En los últimos tiempos los barcos
balleneros que faenaban eran el Pepe Luis López, que se hundió en 1953,
y el Antoñito Vera.
La actividad de La Ballenera cesó
en 1963, quedando de aquella sangría sólo las ruinas que se divisan a lo lejos
desde la playa de Getares y que han dado lugar a este trabajo.
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