El Acueducto de Algeciras es una de las construcciones
más importantes de las que se realizaron en la ciudad durante sus primeros dos
siglos de existencia. Numerosos libros de texto, diccionarios y guías de viaje
nombran esta construcción en su entrada sobre Algeciras como acueducto romano o
árabe aunque fue construido en época moderna.
La imagen de la ciudad desde las sierras próximas, con
los arcos en primer término y Gibraltar de fondo es una de las postales más
repetidas de la ciudad pudiéndose encontrar decenas de grabados con esa imagen,
principalmente durante los siglos XVIII y XIX.
La necesidad de traer agua
potable a la ciudad desde las sierras próximas fue un tema de notable interés a
finales del siglo dieciocho pues aunque el Río de la Miel y numerosos pozos de
patios particulares abastecían a gran parte de la población el crecimiento de
la ciudad hizo necesaria la creación de fuentes públicas. De este modo las
obras del nuevo acueducto comenzaron en 1777, acabando en 1783, poseía dos
tramos, el más lejano situado en la barriada de El Cobre y conocido
precisamente con Los Arcos de El Cobre y un tramo más cercano en la barriada de
La Bajadilla hoy casi desaparecido debido a la gran cantidad de edificaciones
que se le han adosado.
El arquitecto encargado de
la obra fue Pablo Casaus bajo la inspección del maestro fontanero Florindo que
acababa de terminar una construcción similar en Puerto Real. Posee una serie de
arcos de medio punto de piedra y ladrillo con contrafuertes, la altura es
variable dependiente del terreno, en los arcos mayores de la Bajadilla se
alcanza la máxima altura, unos 20 metros, los contrafuertes fueron construidos
con posterioridad al resto de la obra para asegurar los tramos de mayor altura,
estos contrafuertes se alternan cada tres arcos, entre ellos quedan los pilares
originales de planta cuadrada. La fortaleza de la construcción hizo que durante
casi siglo y medio apenas necesitara de reparaciones como atestiguan diversos
cronistas de la época.
El acueducto transportaba
agua del Río de la Miel desde las sierras próximas hasta cuatro fuentes
diseminadas por la ciudad, la Fuente Nueva, las dos fuentes de la Plaza Alta,
una fuente de la Plaza Baja y una más cerca de la desembocadura del río en la
Avenida de la Marina.
Actualmente se conserva en
relativo buen estado el tramo de El Cobre, que además ha sido restaurado e
integrado en su entorno como zona verde, el tramo de La Bajadilla sin embargo
se desplomó en gran parte de su longitud en los años sesenta y los pocos arcos
que quedaron en pie, fueron absorbidos por diversas construcciones quedando
incorporados a ellas, queda en pie un tramo con cuatro arcos en la Avenida
Aguamarina que, tras la demolición en 2008 de algunos garajes construidos por
particulares se encuentra en proceso de restauración e integración en el
entorno.
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