martes, 7 de mayo de 2013

Maníaco...



Síntomas que acompañan. 
Para poder determinar que se trata de un episodio maníaco, además del estado de ánimo irritable, anormal y expansivo, debe haber por lo menos 3 de los siguientes síntomas que describiremos a continuación: 
Aumento de la autoestima o grandiosidad.
Lenguaje verborreico.
Fuga de ideas, distracción, agitación psicomotora y realización excesiva de actividades placenteras.
Estado de ánimo. Éste se caracteriza por ser anormalmente bueno, alegre y eufórico. Las reacciones que presenta ante las diversas situaciones suelen ser exageradas y fuera de lugar. La persona tiende a establecer relaciones interpersonales, sexuales y laborales con excesiva confianza y de forma indiscriminada. Por ejemplo, trata a sus compañeros de trabajo con excesiva confianza y les cuenta todo lo que ha ocurrido con su vida sin filtrar la información en función del interlocutor. La irritabilidad, sin embargo, es el estado de ánimo predominante.
Autoestima. La persona que transita por un episodio maníaco, suele tener una autoestima exageradamente elevada. No solo suele considerarse a sí mismo como alguien importante, sino que carece de toda autocrítica. Se siente una persona con aptitudes únicas, que ha sido dotada de cualidades especiales. Es así, que suele considerarse un especialista en ciertos temas que pueden ir desde crear una obra maestra hasta cómo dirigir una organización mundial.
Insomnio. Una de las características más notables de la personas que transcurre por un episodio maníaco, es el descenso de la capacidad de dormir. Suele despertarse varias veces durante la noche, o despertar antes de la hora habitual. En los casos más graves, la persona incluso puede permanecer días sin dormir sin que esto se vea reflejado en su conducta diaria. Este trastorno del sueño, sin embargo, no viene acompañado de una disminución de la energía.
Lenguaje. La persona que transcurre por un episodio maníaco suele tener un lenguaje verborreico, difícil de interrumpir. Suele hablar sin cesar, dificultando la comunicación, ya que el interlocutor se ve impedido de emitir comentarios. Su discurso suele estar acompañado por una excesiva gestualidad que acompaña cada una de las palabras que este va diciendo.
Fuga de Ideas. Este síntoma se caracteriza por los cambios continuos de ideas, sin previa finalización del tema anterior. Esta dificultad para mantener la coherencia en la comunicación, refleja la dificultad interna que tiene para organizar sus propias ideas. Los pensamientos suelen ser más que su verbalización.
Distracción. Tiene que ver con la extrema sensibilidad a los estímulos ambientales. Suele distraerse fácilmente con lo que ocurre a su alrededor, presentando grandes dificultades para discriminar entre aquellos estímulos que merecen ser atendidos y los que no. Por ejemplo, puede estar trabajando y dejar de hacerlo para centrar su atención en el color de su bolígrafo y, por dicho motivo, dejar de hacer lo que estaba haciendo.
Agitación psicomotora. Tiene que ver con un aumento de los impulsos y comportamientos sexuales. Suele realizar diversas actividades al mismo tiempo, sin tener en cuenta la responsabilidad que implica asumir dichos compromisos. Al mismo tiempo, suele relacionarse en forma indiscriminada con personas que apenas conoce sin considerar las consecuencias que este acto puede tener. Suele tener una serie de conductas que resultan inapropiadas, como por ejemplo, excesivas compras, manejar de forma imprudente, inversiones poco confiables, etc.
Vida cotidiana. Las características anteriormente mencionadas, conducen inevitablemente a un deterioro de la vida social, laboral y familiar. En muchos casos, es necesario la hospitalización de la persona durante dicho período. En todos los casos, es necesario la realización de un adecuado tratamiento, que muchas veces implica la utilización de medicación para tratar dichos síntomas. 

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