El
río de la miel o río de las pozas como se le conoce en el municipio, nace en la
Sierra de Luna y recorre todo un frondoso y verde valle repleto de alcornoques,
de alisos, helechos, entre otras especies, conformando un microclima
característico en los ríos del Parque de Los Alcornocales, conocidos como
bosques en galería o canutos. Este sendero discurre por las márgenes del río
hasta llegar al salto de agua de la Chorrera, pudiéndose continuar hasta mucho
más arriba, pero esto se sale del sendero oficial, y ahora se hace necesaria
una autorización para continuar.
La
vida de los algecireños siempre ha estado ligada a este río de aguas limpias y
cristalinas, pudiéndose apreciar la presencia de varios molinos en sus
márgenes, durante el siglo XVII la ciudad reconstruyo el acueducto y canalizo
el agua del río para abastecer las fuentes públicas… El sendero también
tiene su historia, ya que fue una antigua ruta de comercio entre
Algeciras y Medina Sidonia entre los siglos X y XII.
La
temperatura y el sonido del agua nos invitan a un agradable paseo, que podemos
realizar en cualquier época del año y acompañados perfectamente por personas
mayores o niños ya que el sendero se encuentra en muy buenas condiciones y no
presenta dificultad alguna.
Siempre
hay gente en este sendero, en primavera y verano es muy común encontrase
a grupos de jóvenes.
Es
un lugar maravilloso y bien conservados que se encuentra tan cerca de un núcleo
urbano como es la ciudad de Algeciras.
¿Cómo
llegar?
La
mejor forma de llegar al inicio de este sendero es buscar la venta de Jose Mari
situada en el margen izquierdo de la N-340 justo antes de llegar a la de la
ciudad de Algeciras si venimos desde Cádiz. Si venimos desde Málaga debemos de
atravesar la ciudad por la misma carretera y justo a la salida del municipio
(unos 200 metros) se encuentra la venta, no es preciso llegar hasta ella, ya
que tomaremos la primera salida a la derecha en la glorieta que está justo
antes de llegar, con dirección al polígono industrial del Cortijo Real. Si
venimos dese Cádiz tomaremos la segunda salida a la izquierda con dirección al
mismo polígono. La glorieta mencionada se encuentra situada a unos 2 Km. del
inicio del sendero, está adornada con el escudo del municipio y unos árboles
secos pintados de colores en todo el alrededor. Ya en el polígono existen
numerosos carteles que nos guiaran al inicio del sendero, pero aun así
describiremos aquí el camino completo para llegar. Seguiremos de frente toda la
avenida hasta llegar a una glorieta, en la que seguiremos recto y continuaremos
por esa calle hasta el final, aquí giraremos hacia la derecha, entrando en la
barriada de “El Cobre” tras bajar la cuesta, giraremos a la izquierda, a la
altura del ambulatorio, giraremos de nuevo a la izquierda hasta llegar al
acueducto, giraremos a la izquierda otra vez y continuaremos paralelos a él
hasta donde se introduce en las casas, giraremos a la derecha pasando bajo el y
bajaremos toda la cuesta, al final de esta, en el lado izquierdo hay una pequeña
explanada de zahorra donde podemos aparcar nuestro vehículo y donde se
encuentra el inicio de esta ruta. Parece muy lioso, pero insisto en que está
todo muy bien señalizado, cuando aparquéis procurar hacedlo en los márgenes de
la explanada dejando el centro libre para el paso de los propietarios a las
fincas y facilitado las labores de los forestales.
Descripción
del sendero:
El
sendero comienza en la citada explanada (no es una explanada en sí, sino la
misma pista forestal que se ensancha un poco) en la que dejaremos nuestro vehículo,
aquí junto a la cancela nos encontramos el cartel de información de la ruta
instalado por la Junta de Andalucía. Esta cancela suele estar siempre cerrada,
pero existe un paso a la izquierda, que debemos dejar siempre cerrado para que
no se escape el ganado. Tras cruzarla caminaremos por la pista forestal que
atraviesa un buen trecho de terreno llano, salpicado por eucaliptos, acebuches
y matorral bajo de lentiscos, zarzas y hérgenes. Conforme vamos avanzando por la
pista en el lado derecho nos encontraremos el famoso cortijo Real, que dio
nombre a todo el polígono industrial por ser la primera construcción que
hubo en la zona. Seguiremos hasta donde se bifurca el carril, tomaremos el de
la izquierda, aquí el camino ya empieza a hacerse cuesta arriba, el camino de
la derecha nos lleva a una estación hidrológica. Seguiremos por la pista que
atraviesa ahora zonas de monte bajo con alcornocal. Subimos por la pista hasta
que llegamos a un gran alcornoque que divide el camino en dos, uno que sube
hacia el cerro del rayo y otro que baja hacia el río de la miel… evidentemente
tomaremos el camino de bajada y seguimos avanzando antes de bajar la cuesta que
nos lleva al molino podemos asomarnos al margen derecho de la pista, desde aquí
podemos ver todo el valle del río de la miel, y el daño que causo el incendio
forestal en el cerro de las esclarecidas es uno de los pocos molinos de agua
que todavía se encuentra en funcionamiento. Dejamos atrás el molino,
subimos y bajamos un ligero resalto y ya nos introducimos de lleno en el
bosque en galería, aquí ya la sombra, la humedad y el sonido del agua son
permanentes. Cruzaremos el río por un puente de estilo romano que nos da una
idea de la importancia de esta ruta en el pasado. A partir de aquí el sendero
discurre por todo el margen derecho del río, en esta zona de la parte
baja podemos ver una pequeña represa que canaliza el agua para el molino, hay
varias pozas y algunos pequeños saltos de agua, más o menos a la mitad del
sendero nos encontramos la “Fuente de las Niñas” parada obligatoria para
rellenar nuestras cantimploras con agua fresca en cualquier época del año ya
que esta fuente no se seca en verano.
Continuando
con nuestro camino llegamos al molino del águila, este en ruinas, pero todavía
conserva la mayor parte de las partes fundamentales del molino. Junto a
este una gran explanada al aire libre, que era el huerto de cuando el molino
estaba habitado… todavía quedan allí unos naranjos, un limonero, un granado y
un moral. Continuaremos con nuestro camino río arriba por el último trecho del
sendero señalizado, esta zona es un poco más rocosa y el camino se estrecha un
poco pero no supone grandes dificultades. Y tras un buen paseo a la sombra y el
frescor del bosque en galería llegamos a una especie de mirador, un pequeño
muro de piedra donde se supone que acaba el sendero. Desde aquí podemos ver la
poza y el salto de agua de la chorrera, ensordecedora cascada de cinco metros
de altura. La poza tiene una profundidad aproximada de unos 2,5 metros por lo
que podríamos, si nos atrevemos, saltar desde lo alto de la cascada sin
peligro…
Bueno,
supuestamente aquí es donde terminaría nuestra aventura, pero no es así…
Antiguamente no, pero hoy es necesario solicitar permiso a la oficina del
parque natural, aunque nadie lo hace.
Supongamos
que contamos con nuestro permiso, podemos seguir con nuestro camino, en el lado
derecho de la poza hay un pequeño trepadero por donde continúa el sendero junto
a una oxidada tubería. Pasado este punto, tendremos que cruzar el río hacia la
izquierda para poder continuar. Si realizamos la ruta en verano o primavera, no
hay problema, suele bajar poca agua y es fácil saltar de piedra en piedra. Si
la realizamos en invierno o después de fuertes lluvias... Mejor ir preparados
con calzado viejo o unos escarpines, para poder cruzar el río, siempre buscando
grandes piedras y teniendo cuidado de no resbalar con el musgo que se forma en
las rocas. Aquí encontramos la segunda poza, que aunque no tenga cascada, no
está exenta de belleza ya que aquí es donde mejor podemos apreciar la pureza de
las aguas del río ya que a pesar de sus casi tres metros de profundidad, vemos
el fondo como si hubiese 20 cm de agua. Una vez cruzado al margen izquierdo, el
paisaje se torna más oscuro, pasando por un par de túneles naturales formados
por la abundante vegetación que aquí crece. Tras pasar por estos túneles
llegaremos a la tercera poza, que esta bastante escondida entre los helechos.
Seguiremos subiendo por el margen izquierdo y tras subir una pendiente llegamos
a una especie de pico desde donde vemos todo el alcornocal y el valle del río,
un poco mas adelante encontramos la bajada a la cuarta poza donde suele
quedarse la mayor parte de de los que suben de ruta. A unos 30 metros más
adelante está la quinta poza con su conocida cascada “La cola de Caballo”
y que en épocas de lluvias es impresionante ver como baja el agua por los ocho
metros de altura que tiene. Es aquí donde termina nuestro recorrido y donde
podremos descansar y reponer fuerzas, junto a las piedras de la cascada, ahora
sólo nos queda el regreso por el mismo camino, dejando atrás este casi virgen
paraje algecireño.
En
realidad el sendero continúa unos 2 km más arriba, haciéndose bastante más
duro, hasta una sexta poza con otra cascada conocida como “El chorrillo” pero
este lo dejaremos como final para otra ruta que también se hace por estos
montes, la ruta de las esclarecidas.
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