Normalmente,
la resina o las hojas secas se mezclan con tabaco y se fuman como un “porro”.
El humo se inhala y se mantiene en los pulmones durante unos segundos. También
puede fumarse en pipa, pipa de agua, o almacenándolo en un depósito antes de
inhalarlo. También puede usarse en infusiones o como ingrediente en pasteles.
Cuando se
fuma, más de la mitad de sus ingredientes químicos psicoactivos se absorben en
la sangre. Estos complejos tienden a acumularse en los tejidos grasos
corporales, por lo que tardan bastante tiempo en ser eliminados por la orina.
Esta es la razón por la que el cannabis puede ser detectado en la orina hasta
56 días después de su último uso.
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