Las
condiciones que podemos obtener de los bancos, quién me da la mejor hipoteca,
qué vinculaciones me piden, qué cuota me sale, etc.
Pero
igual o más importante por su potencial impacto en nuestra economía familiar es
obtener respuestas sobre otros aspectos menos comunes con una visión a medio o
largo plazo. A continuación os presentamos las 7 puntualizaciones que
consideramos necesitas saber antes de pedir una hipoteca:
1. El precio de la vivienda es cada vez más asequible,
pero las hipotecas son más caras
La vivienda ha caído desde sus niveles máximos en torno a
un 30%, lo que ha facilitado el acceso a la compra a muchas familias. Sin embargo,
en este mismo período, hemos pasado de tener hipotecas con diferenciales del
0,30% a los niveles actuales, que rondan el 2%. Cuando hagamos números, es
importante saber cuánto pagaremos por la vivienda que compramos, y aquí entra
tanto el precio como los impuestos y gastos de compras, así como los intereses
que pagaremos por la hipoteca.
2. Los tipos de interés están en los niveles más bajos de
la historia, por lo que la cuota mensual inicial variará al alza en el futuro
El Euribor
medio histórico está en el 3,03%, habiendo llegado al 5,39% en julio de 2008. Para
una hipoteca de 100.000€ a 30 años con un diferencial del 2%, entre la
situación actual y el máximo histórico la cuota varía en 277€, y un 67% más! es
fundamental hacer números para asegurarnos que vamos a poder hacer frente a un
tipo de interés más elevado
3. Cuanto menor sea el plazo de la hipoteca, menos
intereses pagaré.
Lo
normal es que al decidir a qué plazo firmamos la hipoteca, nos fijemos en la
cuota mensual, asegurándonos que podemos pagarla. Además de tener en cuenta lo
explicado en el punto anterior, es muy importante saber que un plazo menor
implica pagar muchos menos intereses y que cuando el Euribor suba mi hipoteca
suba menos que la de quien tiene un plazo largo.
4. Mis ingresos actuales no serán los mismos en el futuro
Durante
los irresponsables años del boom inmobiliario, a menudo se oían argumentos del
tipo: “no hay problema, el año que viene ganaré más dinero”; la crisis está
demostrando que los ingresos pueden menguar, y por desgracia de un modo
drástico e inesperado. Es muy importante ser consciente de que esta situación
puede producirse durante la vida de la hipoteca, y por lo tanto debemos
plantearnos cómo organizaríamos nuestras finanzas familiares si se redujera el
dinero que entra por la puerta todos los meses.
5. ¿Cuánto dinero me reservo para un imprevisto?
Ligado
a los dos puntos anteriores, a menudo se suele esperar a tener los ahorros
justos para lanzarse a la compra de la vivienda, o dejar simplemente un
remanente para la compra de muebles o hacer alguna reforma. nuestra
recomendación es que vayamos un paso más allá, y que aunque suponga esperar
algo más, o solicitar una hipoteca ligeramente más alta, tengamos siempre unos ahorros
disponibles para cubrir imprevistos, que pueden ser muchos: subida de cuota de
la hipoteca, pérdida de ingresos esperados, gastos por problemas de salud,
educación de los hijos…
Como
alternativa a esta visión más conservadora, está la opción de hacer los números
de tal manera que – una vez comprada la vivienda – ahorramos mensualmente parte
de nuestros ingresos, de tal manera que volvemos a “hacer hucha” pensando en el
futuro
6. El apoyo de familiares: ¿ahora o más adelante?
aunque
tengamos una edad media de emancipación de las más altas de Europa, lo cierto
es que la mayoría de los jóvenes querrían vivir independientemente mucho antes
de lo que lo hacen, y en muchos casos se quedan en el domicilio paterno para
ahorrar más dinero y así comprar su primera vivienda.
Las
ganas de comprar, unido a los requisitos de avalistas que piden los bancos, nos
suelen llevar a solicitar la intervención de nuestros padres en la hipoteca, lo
que supone un riesgo para ellos. Debemos entender muy seriamente qué significa
involucrar a nuestros mayores en una hipoteca, y pensar si no sería más
conveniente esperar algo más para no necesitar de su ayuda, pues bien podríamos
necesitarla más adelante.
7. ¿Ahorro algo más o me hipoteco ahora?
Como
reflexión final que agrupa todos los puntos anteriores, debemos ser conscientes
de que la hipoteca es un préstamo a largo plazo, que estará presente en
momentos mejores y peores, y que por lo tanto es muy importante tener claro que
vamos a poder pagarla, antes de comprometernos con ella
La
mayor oferta de alquiler y la posible expectativa de una mayor caída del precio
de la vivienda en la zona que nos gusta, la incertidumbre sobre la recuperación
económica y su impacto sobre nuestra economía doméstica, o la posibilidad de
ahorrar algo más para conseguir una mejor hipoteca o evitar involucrar a
nuestros padres en la compra son solamente algunas de las consideraciones que
nos pueden llevar a demorar algo la compra de la vivienda y por lo tanto la
solicitud de la hipoteca
En
resumen, como suele decirse cada situación es un mundo, podemos decidir que
estamos ante la oportunidad inmobiliaria que no debemos dejar escapar, o bien
esperar algo más a que nuestra economía nos permita meternos en una hipoteca
con las suficientes garantías para no tener sorpresas desagradables en el
futuro.
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