martes, 4 de febrero de 2014

Mantener en su lugar tu cabeza.

No te preocupes por el pasado, no lo vas a cambiar. Preocúpate y ocupate porque el futuro no te estropee el presente.

Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu alrededor, han perdido la suya y te culpan de ello.
Si crees en ti mismo cuando todo el mundo duda de ti, pero también dejas lugar a sus dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera; o si, siendo engañado, no respondes con engaños, o si, siendo odiado, no te domina el odio. Y aun así no pareces demasiado bueno o demasiado sabio.
Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu amo.
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo.
Si puedes conocer al triunfo y la derrota, y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho, tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida, y agacharte para reconstruirlo con herramientas maltrechas.
Si puedes amontonar todo lo que has ganado y arriesgarlo todo a un solo lanzamiento; y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el inexorable minuto, con sesenta segundos de lucha bravía...

...tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, y lo que es más: serás una persona, y encontrarás el ser humano adecuado. 





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