Ya no puedo volar. Porque la felicidad es efímera y cuando no está
duele.
Un corazón herido
es como una paloma que no puede volar, porque cortaron sus alas mientras
volaba, y su caída al
suelo fue tan brusca y dolorosa que pasará mucho tiempo en recuperarse.
Pero no sabemos si
podrá volver a abrir sus alas al viento. Ahora están cerradas y aquella
palomita muy afligida, solo podrá curarla alguien que tenga mucho amor para
ella, sin hacerle más daño.
Alguien que no
límite su cariño. Que no le prohíba expresarse tal como es, con sus virtudes,
defectos y errores. Porque sólo Dios mira hacia abajo y cura cualquier corazón
herido para volver a amar.
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