sábado, 23 de agosto de 2014
La fiesta de San Pedro y San Pablo en Jama Cuaque-Ecuador
Con
fecha movible pero siempre cercana al 29 de Junio se celebra la fiesta de San
Pedro y San Pablo en las localidades de la Provincia de Manabí, Ecuador. Estas
fiestas se fundamentan en una leyenda cuyo origen es desconocido, donde se
resalta que:
"los
habitante negros de una lejana región llamada Nueva Guinea o, la República de
África, devota de San Pablo resolvieron visitar a la República de los blancos
encomendados a San Pedro. La misión de los blancos era brindarles hospitalidad,
comodidades, alimento, fiesta y a su vez hacerles partícipes del gobierno
mismo, entregándoles el poder a mitad de la celebración para que los negros
tengan oportunidad de retribuir la hospitalidad brindada en un ambiente de
confraternidad y regocijo" .
Como
se puede observar del fragmento citado, ni los hechos históricos, ni la
particularidad del relato en modo alguno se refieren a una realidad histórica.
Pese a ello, la veracidad del testimonio no se disputa, e incluso ha sido
asumida como realidad.
Los
personajes fundamentales que intervienen son los de la "República
de los Blancos", quienes hacen de anfitriones, y los de la "República
de los Negros" quienes son los invitados, siendo los actores
centrales de esta festividad el Presidente y la Presidenta (asumiendo el mismo
rol que los Priostes en las fiestas que tienen lugar en la serranía
ecuatoriana) de los gobiernos de los blancos y de los negros, quienes con la
ayuda de sus respectivos gabinetes (que cada día van incluyendo más
personajes), corren con todo el enorme peso económico que demanda la fiesta.
El
escenario en donde ocurren la mayoría de los actos ritualísticos de la fiesta
son las casas de los Presidentes de las dos "naciones", las cuales
con motivo de la celebración han sufrido una verdadera metamorfosis, y se han
constituido en "palacios", en dichos espacios simbólicos, ricamente
decorados: La hospitalidad, la generosidad y la abundancia en el comer y beber
son proverbiales.
Cabe
destacar que los palacios están divididos por género. Los presidentes de
cualquiera de las dos naciones tendrán un altar, un palacio regido por la
presidenta y regentado por mujeres. Durante la realización de la fiesta son
incesantes las visitas entre los dos palacios. Huelga decir que hay un muy bien
pensado código de convivencias y buenas vecindades entre las Repúblicas de San
Pedro y San Pablo, código que durante la realización de la fiesta será
estrictamente respetado, caso contrario inclusive sobrevendrán sanciones,
siendo una de ellas la colocación de una culebra alrededor del cuello del
infractor.
La
realización de la fiesta se la hace a lo largo de varios días, con sus
respectivas noches, en los cuales la generosidad de los patrocinadores de la
celebración será pública y notoria, especialmente en el contexto de la comida
que se sirve y del licor con el cual se brinda, así como de los actos de
entretenimiento que se contratan.
Todas
estas actividades terminarán el día de la procesión, cuando desde la iglesia se
sacan en sendas andas a las esculturas de San Pedro y San Pablo, y se les hace
un recorrido por el pueblo. Esta es la última ocasión para que los
"Gabinetes en Pleno" y que están ubicados en las primeras filas de la
procesión, hagan ostensible sus cargos. Cuando los santos "vuelven a
casa" oficialmente se cierra el ciclo festivo hasta el siguiente año.
Extractos
del trabajo: CULTURA POPULAR E IDENTIDAD: LA FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO EN
LA PROVINCIA DE MANABÍ - ECUADOR.
viernes, 15 de agosto de 2014
El viajero que conocí.
La vida no es más que un viaje por tren: repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques, y profundas tristezas en otros.
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres.
Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable. No obstante, esto no impide a que se suban otras personas que nos serán muy especiales.
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres.
Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable. No obstante, esto no impide a que se suban otras personas que nos serán muy especiales.
Llegan nuestros hermanos, nuestros amigos y nuestros maravillosos amores. De las personas que toman este tren, habrá los que lo hagan como un simple paseo, otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje,y habrá otros que circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite.
Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente; otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.
Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes nos son tan queridos se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje,recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos, pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento.
No importa, el viaje se hace de este modo; lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas... pero jamás regresos.
Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo que tengan de mejor.
Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos ya que nosotros también muchas veces titubearemos, y habrá alguien que nos comprenda.
El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos, mucho menos donde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.
Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia.
Creo que sí. Separarme de algunos amigos de los que me hice en el viaje será dolorido. Dejar a que mis hijos sigan solitos, será muy triste. Pero me afierro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron.
Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valiosa.
Hagamos con que nuestra estadía en este tren sea tranquila, que haya valido la pena. Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que en el viaje permanezcan.
miércoles, 13 de agosto de 2014
Un alma en vuelo.
Ya no puedo volar. Porque la felicidad es efímera y cuando no está
duele.
Un corazón herido
es como una paloma que no puede volar, porque cortaron sus alas mientras
volaba, y su caída al
suelo fue tan brusca y dolorosa que pasará mucho tiempo en recuperarse.
Pero no sabemos si
podrá volver a abrir sus alas al viento. Ahora están cerradas y aquella
palomita muy afligida, solo podrá curarla alguien que tenga mucho amor para
ella, sin hacerle más daño.
Alguien que no
límite su cariño. Que no le prohíba expresarse tal como es, con sus virtudes,
defectos y errores. Porque sólo Dios mira hacia abajo y cura cualquier corazón
herido para volver a amar.
martes, 12 de agosto de 2014
lunes, 11 de agosto de 2014
La calma en situaciones de tempestad
La paz perfecta
Cierto rey prometió un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos lo intentaron. El rey observó y admiró todas las obras, pero solamente hubo dos que en verdad le gustaron.
La primera mostraba un lago muy tranquilo, espejo perfecto donde se reflejaban las montañas circundantes. Sobre ellas se encontraba un cielo azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura estuvieron de acuerdo en que reflejaba la paz perfecta.
La segunda también tenía montañas, pero estas eran escabrosas. Sobre ellas había un cielo oscuro, del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.
Esta imagen no se revelaba para nada pacífica. Pero cuando el rey analizó el cuadro más cuidadosamente, observó que tras la cascada, en una grieta, crecía un delicado arbusto. En él había un nido y allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, un pajarito.
¿Cuál cree usted que fue la pintura ganadora? El rey escogió la segunda. La paz —explicó— no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin dolor. Significa que, aun en medio de estas circunstancias, nuestro corazón puede permanecer en calma.
La importancia de aprender
Tanto para aprender
Aprendí que la mayoría de las cosas por las que me preocupo nunca suceden.
Aprendí que cada logro alguna vez fue considerado imposible. Pero fui capaz de mantener mi voluntad por encima de todo aquel que intento anular mi deseo de seguir aprendiendo.
Aprendí que nada de valor se obtiene sin esfuerzo. Porque crecí sonriendo a la vida, pero tambien, a reírme de las adversidades y de las gentes que se esfuerzan por parecer sonreír e intentar que nos lo creamos.
Aprendí que la expectativa es con frecuencia mejor que el suceso en sí.
Aprendí que aun cuando tengo molestias, no necesito ser una molestia.
Aprendí que nunca hay que dormirse sin resolver una discusión pendiente.
Aprendí que no debemos mirar atrás, excepto para aprender.
Aprendí que cuando alguien aclara que se trata de principios y no de dinero, por lo general se trata de dinero.
Aprendí que hay que luchar por las cosas en las que creemos. Además, el hecho de que hagan cosas que tu has hecho, es sinónimo, de que están aprendiendo de ti, de forma anónima para recibir reconocimiento, porque es vital para seguir manteniéndote viva. Así, mismo de que te necesitan y tienen respeto de lo que haces, y lo imitan tratando de mejorar la obra que les has enseñado ha hacer anonimamente.
Aprendí que las personas son tan felices como deciden serlo. Porque ellos lo creen, aunque sólo las paredes son testigos fieles de esa felicidad, por tanto, aprendí a respetar su embuste y callar la verdad que mis sentidos observan, oyen, sienten, u olfatean el ambiente.
Aprendí que la mejor y más rápida manera de apreciar a otras personas es tratar de hacer su trabajo. Y la mayor recompensa es que tu saber les ayuda a mejorar lo que ellos no veían.
Aprendí que los días pueden ser largos, pero la vida es corta. Porque ser feliz es algo destinado para personas que respetan las cosas que hace el ser que tu amas.
Aprendí que si tu vida está libre de fracasos, es porque no has arriesgado lo suficiente. Para ser y hacer lo que realmente has querido y deseas hacer para ti, parte fundamental para ser libre en pensamiento, obra y omisión.
Aprendí que es bueno estar satisfecho con lo que tenemos, pero nunca con lo que somos. Por ese motivo a veces solemos ver mutaciones, dobles de nosotros en otras personas, que intentan ser copias para ser amados.
Aprendí que podemos ganar un centavo en forma deshonesta, pero que más tarde este nos costará una fortuna.
Aprendí que debo ganar el dinero antes de gastarlo.
Aprendí que debemos apreciar a nuestros hijos por lo que son y no por lo que deseamos que sean.
Aprendí que el odio es como el ácido: destruye el recipiente que lo contiene. Por ello descubro al que tergiversa mi saber estar.
Aprendí que planear una venganza sólo permite que las personas que nos hirieron lo hagan por más tiempo. Es el momento de mostrar su obra con su puño y escritura de sus bajos instintos que son capaces y, de que ellos mismos vean el monstruo que llevan dentro cada día.
Aprendí que las personas tienen tanta prisa por lograr una “buena vida” que con frecuencia la vida pasa a su lado y no la ven. Porque prefieren estar acompañados aun a sabiendas de que están solos.
Aprendí a no dejar de mirar hacia el futuro; que todavía hay muchos buenos libros para leer, puestas de sol que ver, amigos que visitar, gente a quien amar y viejos perros con quienes pasear.
Aprendí que todavía tengo mucho que aprender.
El camino.
La felicidad es el camino.
Nos convencemos de que la vida será mejor después de cumplir los 18 años, después de casarnos, después de conseguir un mejor empleo, después de tener un hijo, después de tener otro...
Entonces nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que nos sentiremos felices cuando lo sean. Después nos lamentamos porque son adolescentes difíciles de tratar; ciertamente, nos sentiremos más felices cuando salgan de esa etapa.
Nos decimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro(a) esposo(a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche o una mejor casa, cuando podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados.
La verdad es que no hay mejor momento que este para ser felices. Si no es ahora, ¿Cuándo?
Una de nuestras frases favoritas es de Alfred de Souza:
Por largo tiempo parecía para mí que la vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar; entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida.
Esta perspectiva nos ha ayudado a ver que no hay camino a la felicidad: la felicidad es el camino. Debemos atesorar cada momento, mucho más cuando lo compartimos con alguien especial, y recordar que el tiempo no espera a nadie.
No espere hasta terminar la escuela, hasta volver a la escuela, hasta bajar diez kilos, hasta tener hijos, hasta que los hijos vayan a la escuela, hasta que se case, hasta que se divorcie, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que muera, para aprender que no hay mejor momento que este para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino.
"Porque la vida es un misterio para vivirla y no para comprenderla".
domingo, 10 de agosto de 2014
Solo con el tiempo.
Con el tiempo, te das cuenta de que si estás al lado de una persona sólo para acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.
Con el tiempo, te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.
Con el tiempo, entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se ve rodeado de falsas amistades.
Con el tiempo, aprendes que disculpar cualquiera lo hace, mientras que perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo, aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo, aunque seas feliz con los que están a tu lado, añoras terriblemente a los que se han marchado.
Con el tiempo, aprendes que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, que extrañas, que necesitas, ya no tiene ningún sentido ante una tumba.
El amor siempre es apoyo
Los deseos primarios de toda persona son progresar y ser feliz; muchos piensan que una forma efectiva de lograr esos anhelos es la riqueza.
Así como hay personas pobres y ricas, hay países con iguales características. La diferencia entre unos y otros no está en el tiempo durante el cual han sido habitados; así lo demuestran casos como los de India y Egipto, que albergaron grandes civilizaciones hace miles de años y hoy en día son pobres. En cambio Australia y Nueva Zelanda, que hace poco más de ciento cincuenta años eran territorios casi deshabitados y desconocidos, son ahora países desarrollados y ricos.
La diferencia entre los países pobres y ricos tampoco está en los recursos naturales con que cuentan. Japón, por ejemplo, tiene un territorio muy pequeño, del cual el ochenta por ciento es montañoso, no apto para la agricultura ni la ganadería; sin embargo, es una potencia económica mundial que, a manera de inmensa fábrica flotante, recibe materias primas y las exporta, transformadas, a buena parte del planeta, obteniendo de ello riqueza. Suiza no tiene océano, pero cuenta con una de las flotas navieras más grandes del mundo; no tiene cacao, pero fabrica el mejor chocolate; en sus pocos kilómetros cuadrados se pastorea y cultiva sólo cuatro meses al año, ya que en los demás las condiciones climáticas no son favorables, pero produce los mejores lácteos de toda Europa. Al igual que Japón, un país sin recursos naturales que exporta bienes y servicios de excelente calidad, Suiza es un país pequeño cuya imagen de seguridad, orden y trabajo lo ha convertido en la caja fuerte del mundo.
Tampoco la inteligencia de las personas marca una diferencia, como lo demuestran muchos estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos, logrando resultados excelentes. Otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan las fábricas de los países pobres, y al hablar con ellos nos damos cuenta de que no hay diferencia intelectual.
Finalmente, tampoco la raza marca la diferencia: tengamos presente que en los países centroeuropeos o nórdicos, los llamados “vagos del sur” demuestran ser una fuerza productiva; no así en sus propios países, donde nunca supieron someterse a las reglas básicas que hacen grande a una nación. Lo que hace la diferencia, entonces, es la actitud de las personas.
Al estudiar la conducta de los individuos en los países ricos se descubre que la mayor parte de la población sigue estas reglas, no importa el orden que se discuta:
La moral como principio básico.
El orden y la limpieza.
La honradez.
La puntualidad.
La responsabilidad.
El deseo de superación.
El respeto a la ley y los reglamentos.
El respeto al derecho de los demás.
El amor por el trabajo.
El afán de ahorro e inversión.
El orden y la limpieza.
La honradez.
La puntualidad.
La responsabilidad.
El deseo de superación.
El respeto a la ley y los reglamentos.
El respeto al derecho de los demás.
El amor por el trabajo.
El afán de ahorro e inversión.
¿Necesitamos más leyes? No, sería suficiente cumplir y hacer cumplir estas simples reglas. En nuestros países latinoamericanos, además en el país en el que resido y en el resto de los países pobres, sólo una mínima parte de la población las sigue en su vida diaria. No somos pobres porque nos falten riquezas naturales o porque la naturaleza haya sido cruel con nosotros: simplemente carecemos del carácter para cumplir estas premisas básicas y elementales del funcionamiento social.
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