En abril de 1890, Virginia Bolten fue detenida por distribuir propaganda entre los trabajadores de la refinería.
Se atrevió a proclamar que la mujer no debía estar atada ni a
un Dios, ni a un patrón ni a un marido.
Se animó a escribir en un diario, denunciando la explotación
del trabajador. Y también a pelearse con la policía, a pesar de las balas y la
celda, siempre hambrientas de obreros.
Denunció la muerte del primer trabajador muerto por hacer una
huelga: fue en Rosario, pero vendrían otros y ella lo sabía.
Por ser lo que era, fue reprimida, encarcelada y desterrada, a pesar de ser Argentina.
Por ser lo que era, fue reprimida, encarcelada y desterrada, a pesar de ser Argentina.
Se llamó Virginia Bolten, y vivió en el Barrio Refinería por 15 años trabajando de zapatera y de obrera del azúcar.
Murió en Montevideo, hoy pocos la recuerdan.
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