La
vida de la mujer actual está atravesando una etapa de transición que suele
provocarle un estado de stress difícil de sobrellevar.
El rol
en la sociedad se ha ido modificando a partir del ingreso masivo femenino al
mercado laboral.
A
principios del siglo pasado eran educadas para casarse, tener hijos y atender
un hogar y eran escasas las familias que mandaban a sus hijas a la universidad. Abarca todos los ámbitos profesionales.
El
nuevo rol en la sociedad ha modificado su rol en la familia, cuyos miembros aún
no han podido adaptarse a las nuevas reglas de juego.
Ha
incorporado tareas a su quehacer cotidiano, sin dejar las que realizaba habitualmente,
es decir, que su carga de trabajo ha se ha visto aumentado considerablemente.
El
desempeño correcto de este rol les dará a los hijos el marco adecuado familiar
que representa el continente necesario para que puedan mantener un estado
emocional equilibrado, sin altibajos y sin conflictos. Esa es la pregunta. Los jóvenes inmersos
de este avance de independencia económica y social de la mujer son portadores
de esta gran respuesta.
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